El cierre de la frontera sur de Estados Unidos al comercio de ganado bovino proveniente de México golpeó considerablemente al sector cárnico del país latinoamericano, con pérdidas de hasta 700 millones de dólares desde el pasado 11 de mayo, cuando Washington decidió imponer restricciones a los productos mexicanos por la plaga del gusano barrenador, de acuerdo con cálculos del Consejo Mexicano de la Carne.
“Se han dejado de exportar alrededor de 650.000 cabezas [de ganado bovino], con un impacto por dejar de vender esos animales de alrededor de 700 millones de dólares”, declaró el gerente de Estudios Económicos y Comerciales del organismo, Ernesto Salazar.
Y es que la interrupción de la venta de bovinos a Estados Unidos fue un problema que preocupó seriamente al sector agropecuario mexicano, que ha recibido una noticia de alivio al saber que, a partir del 7 de julio, se reiniciará el comercio bilateral. La reapertura comenzará con los puertos de Agua Prieta/Douglas y Santa Teresa.
Según el Consejo Mexicano de la Carne, los estados más afectados por las restricciones estadounidenses fueron Sonora y Chihuahua (norte), que entre ambos movilizan más de 5.700 cabezas de ganado diariamente. Precisamente han sido esos dos estados los que han adoptado protocolos de prevención necesarios contra la plaga del gusano barrenador.
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