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Argentina recupera a uno de sus principales depredadores: la nutria gigante

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Ramiro Barreiro

Montevideo (Mesa Américas).- Una familia de cuatro nutrias gigantes -dos de ellas crías nacidas en cautiverio- fue liberada en el Gran Parque Iberá, en el noreste de Argentina, luego de 40 años de que no se registraran poblaciones reproductivas de esta especie.

Carismática y curiosa, la nutria más grande del mundo (puede medir hasta 1,8 metros y pesar 33 kilos) está considerada en peligro de extinción a nivel global, por eso la importancia del primer proyecto a nivel mundial en recuperar a la nutria gigante en un lugar donde había desaparecido, coordinado por la Fundación Rewilding desde 2017.

El director de conservación de Rewilding, Sebastián Di Martino, y su equipo le llaman “el yaguareté del agua” y afirma a la Agencia Sputnik que “el último grupo familiar de Argentina se vio en el año 1986, en Misiones”, salvando esporádicas presencias de ejemplares machos solitarios que bajaban desde el Pantanal brasileño y no lograban asentarse por no hallar congéneres.

“Son animales que aparecieron inmediatamente después de la pandemia o durante la pandemia, así que nosotros creemos que en ese momento que estábamos todos encerrados y que en los ríos nadie navegaba hayan podido desplazarse un poco más. Pero básicamente lo que les pasaba a esos animales es que no encontraban hembras ni ningún grupo familiar donde establecerse”, afirma Di Martino.

El trabajo de reinserción fue en conjunto con el Gobierno de la Provincia de Corrientes (noreste), la Administración de Parques Nacionales, Rewilding Argentina, Projeto Ariranha de Brasil y el Programa Ex Situ de Nutria Gigante de la Asociación de Zoológicos y Acuarios Europeos.

“Recibimos nutrias de Suecia, de Dinamarca, de Francia, de Hungría, de España, de Alemania, también de Los Ángeles, de Estados Unidos, y así pudimos ir armando grupos familiares, poníamos los machos con las hembras, se reproducían, tenían sus cachorros en corrales de presuelta muy grandes, porque las nutrias hay que liberarlas en grupos familiares dado que así es como funcionan, es un animal muy sociable”, relata.

En el proceso de semi-cautiverio, se les proveyeron peces vivos para el aprendizaje de pesca y se desarrolló un arnés de monitoreo post-liberación que fue específicamente diseñado para las características de esta especie.

El primer grupo en ser liberado en el marco del proyecto está constituido por Nima, una hembra donada por el Zoológico de Madrid (España), su pareja, Coco, quien proviene del Zoológico de Givskud (Dinamarca) y se unió al programa de reintroducción en 2019, y sus dos crías que nacieron en Iberá en noviembre de 2024.

En la actualidad, Rewilding tiene otros cinco grupos familiares de nutrias gigantes en proceso para ser reinsertadas de a poco y otro grupo que aportará el zoológico de Buenos Aires; en total suman 19 ejemplares.

“Salir por primera vez del corral para ellas no fue fácil. Tardaron un tiempo, se asomaban, no se animaban a salir”, relata Di Martino. “Después, ya salieron, se fueron hasta una plataforma que les habíamos dejado en el agua por fuera del corral. Ahí estuvieron un ratito, después ya se largaron a nadar un poco más, hicieron una recorrida, se alejaron hasta unos 200, 300 metros del corral y después ya volvieron a entrar”, contó.

Los Esteros del Iberá son un humedal de 756.000 hectáreas -similar a más de seis millones de piscinas olímpicas- que divide en dos a la provincia de Corrientes y forma parte de una de las cuencas hidrográficas más grandes e importantes de Sudamérica.

“La nutria gigante no solo viene a ocupar el lugar que le corresponde en el ecosistema acuático, sino que atraerá más turistas deseosos de observarla, lo que genera más trabajo y desarrollo para los correntinos”, declaró Gustavo Valdés, el Gobernador de la Provincia de Corrientes.

Los humedales se ubican en el centro de una gran llanura subtropical rodeada de bosque atlántico paranaense, bosque chaqueño, pastizales abiertos y matorrales espinosos.

Allí, Rewilding Argentina se encuentra reintroduciendo 10 especies nativas, entre ellas el yaguareté, el principal depredador terrestre, y el guacamayo rojo, que actúa como dispersor de semillas para la vegetación nativa, hoy escasa.

Las nutrias gigantes tienen especiales capacidades gregarias y de resiliencia, al punto que poseen una variedad de vocalizaciones (gruñidos, silbidos, ladridos) para comunicarse, expresar alarma, agresión o tranquilidad y construyen madrigueras con dos entradas (una acuática y otra terrestre) para escapar de posibles depredadores.

“Son animales que tienen un metabolismo muy alto, son animales hiperactivos, están todo el día en movimiento, entonces comen mucha cantidad de peces. Incluso, nosotros tenemos estas nutrias en cautiverio, a las que les damos peces para alimentarlos, también tenemos yaguaretés en cautiverio, y las nutrias comen más por día que un yaguareté”, compara el especialista.

La nutria gigante ha estado ausente por más de 40 años en Argentina debido a la caza ilegal y la pérdida de hábitat, que provocaron su desaparición y alteraron el ecosistema donde se movía.

Es por ello que Rewilding planea liberaciones adicionales en los Esteros del Iberá y en el Parque Nacional Impenetrable, en el Chaco (noreste), aunque desde la fundación especializada en la recuperación de ecosistemas naturales pretenden que el proceso de reinserción continúe durante muchos años. (Sputnik)