
La diputada local Grecia Benavides propuso una reforma a la Ley del Patrimonio Cultural del Estado que busca convertir la protección de los barrios históricos de Nuevo León en una política pública con sustento legal, presupuesto garantizado y mecanismos claros de conservación y registro.
Durante la presentación de la iniciativa, la legisladora de Morena fue enfática: “La memoria es parte de la justicia social. Hoy presentamos una reforma para proteger con hechos nuestra historia, nuestra identidad y nuestros barrios. Que el gobierno ya no solo hable de cultura: que la preserve, que la registre, que le asigne presupuesto”.
La propuesta establece la obligación del Ejecutivo estatal de destinar cada año una partida específica para conservar zonas protegidas. También plantea la creación de un catálogo oficial de bienes culturales materiales e inmateriales, accesible al público y difundido por medios electrónicos, donde se incluyan expresiones como trajes típicos, tradiciones y costumbres.
Uno de los pilares de la iniciativa es el reconocimiento legal de los “Barrios Históricos” como figura de protección para comunidades con valor arquitectónico, cultural o social que no forman parte de los centros históricos tradicionales. Como ejemplo, se contempla reconocer de forma inmediata zonas como el Barrio Antiguo de Monterrey, Santa Rosa y Agua Fría en Apodaca, así como El Obispado, el Espinazo y San José de la Popa en Mina.
Benavides también planteó reforzar el funcionamiento de las Juntas de Protección, Patronatos y Comités Técnicos, exigiendo reglas claras, paridad de género y mayor articulación con la Secretaría de Cultura, que asumiría un papel central en la elaboración de catálogos y tareas de difusión y resguardo.
La reforma da seguimiento a un exhorto anterior de la propia diputada, en el que solicitó información al Gobierno del Estado sobre el estado actual de las Juntas de Protección y Conservación. Ahora, con esta nueva propuesta, busca sentar bases firmes para que la conservación del patrimonio cultural no quede solo en el discurso.
“En 2026, Nuevo León será sede del Mundial. Es una oportunidad histórica para mostrarnos al mundo. Pero además de infraestructura moderna, debemos proyectar lo que nos da identidad: nuestros barrios, nuestra historia, nuestra cultura. Preservar el patrimonio no es frenar el desarrollo. Es dignificarlo”, concluyó.