
Frente a los retos del crecimiento urbano descontrolado y la expulsión de vecinos tradicionales del centro de la ciudad, tres estudiantes de Arquitectura de la Universidad de Monterrey presentaron una propuesta que apuesta por la escala humana, la reutilización de espacios y el respeto a la comunidad original. Su nombre: Redensificación estratégica: metodología para el desarrollo de vivienda vertical de baja densidad en edificaciones subutilizadas.
Luis Flores Villela, Luisa Fernanda Flores Gómez y Marcelo Gutiérrez Guevara diseñaron un modelo de intervención urbana que plantea aprovechar construcciones infrautilizadas o en desuso para construir pequeñas viviendas verticales, manteniendo un equilibrio entre lo nuevo y lo que ya existe.
“Lo que buscamos es el equilibrio y la alternativa de las escalas, o sea, de la escala propuesta por el desarrollo inmobiliario y la escala actual”, explicó Flores Villela, quien destacó que su propuesta no persigue grandes torres, sino una escala intermedia que incremente la densidad sin alterar el tejido barrial.
El proyecto fue desarrollado como parte del Proyecto de Evaluación Final en la UDEM, bajo la asesoría del profesor Manuel Alejandro Muñiz Pinzón. Se aplicó a una manzana del Barrio de la Luz, donde originalmente existían 31 viviendas y, tras la intervención, podrían alcanzarse 90, sin rebasar los 10 metros de altura y manteniendo la posibilidad de que los dueños originales permanezcan en el lugar.
“La idea no es desplazar a nadie, sino crear nuevas oportunidades de vivienda sin romper con la dinámica del barrio”, afirmó Flores Villela, quien detalló que se propusieron dos tipos de intervención: una para propiedades habitadas, donde se podría añadir un piso con entrada independiente; y otra para predios sin valor histórico, donde se permitiría una reconstrucción total con límites de altura claros.
La metodología también contempla materiales ligeros, de bajo costo y fácil instalación, así como accesos interiores dentro de la manzana, lo que mejora la movilidad sin modificar el entorno urbano.
Marta Mariscal López, directora del Departamento de Arquitectura de la UDEM, celebró la propuesta como un ejemplo de cómo la formación humanista puede transformarse en soluciones reales. “Para nuestros alumnos, el Proyecto de Evaluación Final no es solo un trabajo de fin de carrera, sino una tarjeta de presentación para su vida profesional”, señaló.
Flores Villela puntualizó que su proyecto no se limita a una sola manzana: “La idea es replicable. Toda la zona centro tiene estas características en común con nuestra manzana. Si se aplicara solo en la mitad del Barrio de la Luz, podríamos convertirla en una de las zonas con mayor densidad poblacional del centro”.
Lejos de la lógica de grandes desarrollos que alteran el paisaje y expulsan a los habitantes originales, esta propuesta universitaria plantea un modelo de redensificación que escucha, respeta e incluye, mientras ofrece una solución realista al problema de la vivienda en el corazón de Monterrey. Un ejercicio académico que bien podría convertirse en política pública.