Lo que parecía una simple llamada por un intruso en las azoteas terminó revelando una escena digna de una película surrealista: un rifle, 10 dosis de hierba con olor sospechoso, un caimán y una tortuga fueron hallados en posesión de un joven que, por si fuera poco, decidió instalar su pequeño zoológico móvil en lo alto de una vivienda ajena.
Eduardo de Jesús C., de 27 años, fue sorprendido en plena aventura vertical cuando brincaba entre techos en la colonia Garza Nieto. La Policía de Monterrey, que patrullaba en modo Escudo –la estrategia estrella de la administración actual– recibió el aviso de que un individuo desconocido estaba usando las azoteas del vecindario como si fueran pasarelas.
Una vecina de 74 años, que jamás imaginó tener fauna exótica sobre su casa, pidió ayuda. Con su autorización, los oficiales ingresaron y bajaron al visitante, quien no sólo portaba un rifle de postas y envoltorios con yerba de dudosa procedencia, sino que además cargaba en cubetas un caimán de medio metro y una tortuga color café. A la pregunta obligada sobre la procedencia de sus acompañantes escamosos, no ofreció explicación alguna.
Eduardo y su improvisado zoológico fueron trasladados a la sede de la Policía de Monterrey. Ahí, el joven quedó a disposición de las autoridades, quienes ahora tendrán que aclarar no sólo los delitos, sino también si en algún momento planeaba abrir su propia reserva natural sobre techos regiomontanos.
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