
En un intento por frenar lo que considera un riesgo creciente para la salud de niñas, niños y adolescentes, el diputado Ricardo Monreal Ávila impulsa una iniciativa que busca modificar la Ley General de Salud para prohibir la venta, distribución y consumo de bebidas energéticas a menores de edad.
“Sé que habrá reacciones, sobre todo de las empresas que producen o comercializan estos productos”, advirtió el presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, a través de un video difundido en sus redes. Pero, insistió, se trata de una medida necesaria ante la falta de acciones concretas en el país. “Nosotros no estamos haciendo nada por nuestros niños, por nuestros jóvenes. Son bebidas que generan adicciones y efectos similares a las drogas en menores de edad”.
La propuesta, turnada el pasado 9 de julio a la Comisión de Salud, plantea reformas a los artículos 215 y 419, así como la adición del 216 Ter de dicha ley, con el objetivo de impedir que menores de 18 años puedan adquirir estos productos en tiendas, comercios o mediante cualquier otro canal de distribución o promoción.
El legislador explica que ya existen restricciones similares en países europeos y que México debe seguir esa línea. La iniciativa también contempla sanciones de hasta dos mil veces la Unidad de Medida y Actualización para quien incumpla la prohibición.
“Esta propuesta no solo se encamina a regular la venta y promoción de las bebidas energéticas, sino también a crear conciencia en la sociedad sobre los peligros que su consumo puede representar”, sostiene Monreal. La iniciativa busca instaurar un marco regulatorio más estricto, especialmente enfocado en los jóvenes, quienes —dice— son más vulnerables a los efectos adversos de estos productos.
Las bebidas energéticas, según se define en el documento, incluyen compuestos como cafeína, taurina, glucuronolactona, guaraná, ginseng, vitaminas del grupo B y otros estimulantes. Muchas también contienen azúcares, edulcorantes y aditivos que, de acuerdo con Monreal, “pueden afectar negativamente el desarrollo y bienestar de la infancia y juventud”.
El diputado recuerda que la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre el impacto de estas bebidas en enfermedades no transmisibles como obesidad y diabetes, recomendando reducir el consumo de azúcares libres a menos del 10 por ciento de la dieta diaria, e incluso menos del cinco para obtener beneficios adicionales.
Lejos de limitar libertades, subraya que la propuesta pretende salvaguardar el derecho de niñas, niños y adolescentes a un desarrollo saludable, en sintonía con los compromisos del Estado mexicano. La meta: construir una política de salud pública preventiva desde el Congreso. Aunque a algunos les sepa amarga, la medida ya está servida.
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