Monterrey.– La escena pudo pasar por una mala secuela de acción, pero no: un sujeto de origen japonés terminó detenido por presuntamente prender fuego a un lote baldío en la colonia Obrera, sin dar mayores explicaciones, sin identificarse y, claro, con un encendedor en la bolsa como protagonista del guion.
El incendio se desató alrededor de las 15:20 horas en la esquina de Arteaga y Juan de la Barrera. Oficiales de la Policía de Monterrey, que andaban en su ronda de vigilancia, fueron alertados por C4 sobre las llamas que ya comenzaban a tomar vuelo. Llegaron, vieron fuego y pidieron refuerzos: bomberos y personal de rescate.
Pero mientras se organizaban para apagar el infierno urbano, un vigilante de un negocio vecino se les acercó con una señal clara y directa: “fue él”, apuntando a un hombre con rasgos asiáticos que merodeaba tranquilamente la zona, como si no acabara de estrenar su carrera como pirómano.
Los oficiales hicieron lo suyo: lo abordaron, le revisaron los bolsillos y, sorpresa, hallaron un encendedor. El presunto culpable no quiso dar su nombre, solo dijo ser de Japón. Nada más. Como si ser extranjero exentara las travesuras con fuego.
Además de él, otras dos personas fueron detenidas en el sitio por faltas administrativas, aunque su participación en el incendio fue descartada.
El improvisado protagonista de esta historia fue trasladado a las instalaciones de la Policía de Monterrey y quedó a disposición del Ministerio Público. ¿El cargo? Lo que resulte, dependiendo del tamaño del susto, del daño y de las explicaciones que –esperamos– algún día dé.
Todo esto, según la autoridad, es parte de la estrategia “Escudo” del municipio para ofrecer más seguridad a la población. Y aunque nadie esperaba que ese escudo fuera contra incendios provocados por turistas anónimos, al menos esta vez la historia no acabó en tragedia… solo en un libreto digno de cine de medianoche.
Por cierto, Bruce Lee era de origen chino.
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