
Ni Noroña se traga el sushi de Andy
Hay cartas que conmueven, otras que convencen, y luego está la de Andy López justificando sus vacaciones de lujo en Japón. Una misiva tan floja que provocó náuseas hasta en Gerardo Fernández Noroña, quien rara vez desperdicia la oportunidad de defender lo indefendible, pero esta vez prefirió dejar los palillos sobre la mesa y soltar la sopa: “Es malísima”.
Sí, así lo dijo el presidente de la Mesa Directiva del Senado, con ese desparpajo tan suyo. “Yo francamente no le veo que sea su estilo”, confesó ante los reporteros, mientras intentaba digerir la narrativa de Andy sobre cómo unas vacaciones que huelen a wagyu y sake son, en realidad, parte de una profunda misión de introspección morenista. Porque claro, Japón es el lugar natural al que va uno a reflexionar sobre la Cuarta Transformación.
Noroña incluso se permitió una pizca de suspenso: “Vamos a esperar a que él diga si esa carta la hizo o no, y ya si él dice que la hizo, entonces opino”. Un giro dramático digno de novela japonesa, pero con guión de sobremesa dominical.
La carta, publicada en la cuenta de Instagram del propio Andrés Manuel López Beltrán —el mismo que no tiene cargo público pero sí muchas ocupaciones estratégicas— pretendía explicar lo inexplicable: que sus vacaciones no eran lujo, sino trabajo político de alto nivel, porque ya se sabe que Tokio es la nueva sede alterna del Comité Ejecutivo de Morena.
La ironía no pasó desapercibida. Ni para Noroña, ni para los medios, ni para los ciudadanos que cada vez repiten con más resignación eso de que “más empinado no se puede”. Aunque, como vamos, esa frase parece tener margen de mejora.
Por cierto, el “Andy” salió a dar la vuelta con una frase digna de un López: que había tomado su descanso en la tierra del Sol Naciente por sus“extenuantes jornadas de trabajo”. De verdad “papi” lo educó bastante bien.