
El sector pecuario enfrenta un aumento superior al 25 por ciento en sus costos de producción debido a la presencia del gusano barrenador en México, situación que ha comenzado a reflejarse en el precio de los productos cárnicos.
De acuerdo con la Asociación de Engordadores de Ganado Bovino del Noreste, las restricciones impuestas por Estados Unidos a la exportación de ganado no son el único problema. Los productores nacionales, especialmente los corrales de alimentación encargados de movilizar y finalizar el ganado para consumo, han absorbido gran parte de los costos adicionales.
Tras la alerta sanitaria emitida por autoridades mexicanas, los engordadores del Noreste implementaron medidas adicionales en la recepción de animales para proteger la sanidad de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Estas acciones, con un costo superior a 867 millones de pesos, buscan prevenir la entrada de la plaga a la región.
Aunque parte del incremento se ha trasladado al consumidor final, la mayor carga económica recae en los productores, que buscan evitar un alza significativa en los precios para no limitar el acceso a la carne en sectores vulnerables. Los pequeños ganaderos, con menos de 20 cabezas de ganado, son los más afectados, ya que carecen de recursos para contratar personal o adquirir medicamentos que protejan su hato.
La Asociación considera que este reto sanitario es también una oportunidad para diversificar mercados y aprovechar la tecnología utilizada en la cadena cárnica mexicana, capaz de cumplir con las exigencias internacionales.
El tema será uno de los ejes de discusión en la Expo Agro Noreste & Bovino Carne, que se celebrará en Monterrey los días 30 de septiembre y 1 de octubre, donde se buscarán estrategias para fortalecer la producción y enfrentar los retos del mercado global, bajo esquemas sustentables y con bienestar animal.
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