
La experiencia de alcanzar la gloria
Avergüenza cualquiera de los extremos vitales. Amar deportivamente el color del club. El himno matiza la conciencia. Indoctrina a gentes buenas. Les resulta incomprensible la derrota.
Beber en los estadios adereza el nublado de conciencia. Debemos comprender a los competidores. Somos seres humanos. Falibles. Asistir a los estadios es colaborar a impulsar el espectáculo.
Durante 90 minutos más el añadido, quienes alinean en el rectángulo, tratan de mostrar lo aprendido desde la niñez. Los trucos, la rapidez, el encanto de la filigrana.
En el balompié mundial, los practicantes ofician por líneas. Anotar conlleva a la felicidad. Recibir a replantear las estrategias. Al silbatazo final debiera la adrenalina fluir rumbo a las duchas.
Sin importar los colores de las instituciones, los jugadores forman un gremio bastante reducido. Rompen la concentración. Van a cenar con los oponentes. Organizan la carne asada o la salida al antro, con medida supuesta.
Son profesionales de las emociones. Se han colado, los comentaristas oportunistas. Susurran a la hinchada a desafinar la sinfonía de buenas conciencias.
En las gradas, antes familiares, todo tipo de descerebrado, embrutecido por el calor, el alcohol, pierden la compostura. Agreden a los visitantes o a quien difiere del punto subjetivo de vista. El resultado del cotejo los enfada.
La república de Argentina prohibió la venta de cerveza para los asistentes a los estadios. A tal grado de prevención. Defunciones cubrieron la cuota de sangre por un cotejo. Heridas de bala o navajazos. En jauría los atacantes se escondieron en el anonimato.
Bajo ningún pretexto validamos la violencia. El ámbito deportivo deberá canalizar a psiquiatría a toda esa pléyade de inadaptados sociales.
Incluyendo a los periodistas especuladores, carentes de ética, aun se coloquen sobrenombres como Gurú o la opinión al travesaño.
El mundial 2026 está a la puerta. Somos sedes junto a Canadá y Estados Unidos. Tolerancia cero para los violentos. Nos falta mucho por lograr.