El Allegiant Stadium fue escenario de un combate que ya quedó inscrito en la historia del boxeo. Terence Crawford, con inteligencia y paciencia quirúrgica, derrotó a Saúl “Canelo” Álvarez por decisión unánime y se proclamó nuevo monarca indiscutido de las 168 libras.
Las tarjetas oficiales reflejaron lo ocurrido arriba del ring: 116-112, 115-113 y 115-113, todas a favor del estadounidense. La pelea fue intensa de principio a fin, con ambos púgiles buscando el intercambio, aunque con matices distintos. Mientras Álvarez arrancó con fuerza, intentando imponer su volumen de golpes, el paso de los asaltos lo llevó al desgaste. En contraste, Crawford esperó el momento exacto, contragolpeó con precisión y conectó los impactos decisivos cuando la pelea lo exigía.
La gesta de Crawford cobra mayor dimensión al recordar que tuvo que subir tres divisiones de peso para enfrentar a Álvarez, un reto que superó con frialdad y calidad boxística. Con esta victoria, se apoderó de los cuatro cinturones de la categoría supermediana: CMB, AMB, OMB y FIB.
Para el Canelo, la derrota supone la tercera en su carrera, que ahora registra 63 triunfos, dos empates y tres caídas. El mexicano, sin embargo, se llevó una bolsa de 150 millones de dólares, mientras que su rival ingresó 50 millones, consolidando así uno de los combates más lucrativos del año.
Crawford, por su parte, mantiene su récord perfecto: 42 victorias sin conocer la derrota. Más allá de los números, la velada confirmó lo que muchos sospechaban: la inteligencia y el timing del estadounidense pueden imponerse incluso en territorio que parecía exclusivo de Álvarez.
En Las Vegas no solo cambió un campeón: también se reescribió la jerarquía del boxeo mundial.
Especial-eitmedia.mx
Foto: https://x.com/netflix
