
Ibis Frade
La Habana.- La guayabera aparece desde hace años como la prenda “oficial” de diplomáticos y autoridades cubanas, mientras su uso es menos frecuente entre los jóvenes, por lo que algunos diseñadores y modistas defienden ahora su “modernización”, sin perder de vista los elementos tradicionales de la famosa camisa.
Para su confección, requiere de manos de manos expertas que conozcan las técnicas para hacer las distintivas alforzas, los bolsillos delanteros y su diseño de corte recto y holgado, que le confiere un aire entre lo informal y lo elegante, al estar ideada para usarse por fuera del pantalón.
La modista Saday Rodríguez se ha dedicado desde muy joven a la confección de guayaberas y siempre soñó con “modernizar” la prenda, manteniendo varios de los elementos tradicionales, según contó a la Agencia Sputnik.
A los 19 años, comenzó a trabajar en la fábrica de confecciones textiles Lazo de la Vega, en la cual se hacían las conocidas guayaberas de la marca Criolla. Allí empezó a imaginar cómo elaboraría ese tipo de piezas cuando pudiera tener su “propio negocio”.
Desde hace par de años, la tienda del proyecto Saday Modista, ubicada en el Hotel Palco de La Habana, ofrece diferentes opciones de guayaberas, desde las clásicas hasta otras con diseños más osados.
“Cuando usted agarra una guayabera bordada en los años 70, 80, y estas que ahora tenemos aquí en la tienda, ve algo de diferencia”, precisó.
Uno de los ejes centrales del trabajo de Saday es la reinterpretación de la “guayabera clásica”, pues su enfoque consiste en incorporar elementos contemporáneos como bordados modernos, alforzas en relieve y variaciones en el diseño: el uso de cuellos franceses (que son más abiertos) y detalles en contraste en puños y botones, entre otros.
De esta forma, busca hacer la prenda más “atractiva” para una mayor cantidad de público, pero sin perder la esencia de la guayabera tradicional.
Para Saday, la guayabera es mucho más que una prenda: es identidad, historia y un “símbolo de lo que Cuba puede brindar al mundo” y con su labor, aspira a poner un “granito de arena” para preservar y promover ese legado cultural.
Sin embargo, cree que muchos jóvenes cubanos la perciben como algo “pasado de moda” o demasiado clásico para los tiempos actuales y esa es una de las razones que la llevaron a desarrollar lo que llama “guayamisas” o “camisas-guayaberas”.
Esas piezas conservan algunos elementos distintivos, como las alforzas, en tanto omiten otros como los cuatro bolsillos delanteros o el canesú, según detalló la modista.
A su juicio, el sector que usa guayaberas sigue siendo muy “definido”, como funcionarios y diplomáticos, pero “también hay un grupo de jóvenes, por lo general, extranjeros, que las compran”.
Esta creadora independiente, perteneciente a la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, considera que la precisión en los detalles resulta de vital importancia a la hora de confeccionar una guayabera y por ello le “exige” tanto a las tres costureras que trabajan junto a ella en el taller y la tienda.
Hay que “saborear” cada detalle del proceso creativo y busca “inculcar” esa filosofía en su pequeño equipo.
La capacitación y la transmisión de una “cultura del detalle” son esenciales para mantener los estándares de confección que definen su proyecto, pues sin la calidad requerida, se pierde el valor cultural de las prendas, recalcó.
Además, se refirió a los problemas que enfrenta para acceder a materiales de calidad, como el lino, el algodón y el hilo, que son esenciales en un clima tropical como el de Cuba.
Estos insumos no siempre están disponibles en el mercado nacional y su importación encarece significativamente el producto final, apuntó la modista.
“SÍMBOLO DE CUBANÍA”
De acuerdo con la bibliografía especializada, en Cuba la guayabera tiene sus orígenes en el siglo XIX y fue creada como una prenda que resultara de utilidad en el trabajo de los campesinos, de ahí sus cuatro bolsillos delanteros.
Los pobladores de la central provincia de Sancti Spíritus defienden que la pieza “nació” en esa región y hasta erigieron un museo en su honor, el cual guarda con celo guayaberas que pertenecieron al líder cubano Fidel Castro (1926-2016) y al famoso escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014).
Desde su juventud, el octogenario Ciro Brito usa las guayaberas con orgullo porque son un “símbolo de su tierra espirituana”, dijo a Sputnik.
“Tengo guayaberas de varios colores, blancas, azules… me las pongo en ocasiones especiales, pero también para dar un paseo por el pueblo, para cosas del día a día”, declaró el maestro jubilado.
A su entender, la guayabera es un “símbolo identitario” de la nación cubana y lamenta que su uso se haya reducido en los últimos años, por eso ve con buenos ojos las iniciativas que buscan modernizarla pues le gustaría algún día que su nieto y su bisnieto usen esa prenda. (Sputnik)
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
Foto: Tomada de https://x.com/MinturCuba
eitmedia.mx