
La caída del desfile
Admiramos con morbo furibundo. Vouyerista de las altas esferas. De las revistas del corazón impresas en España. Incluso las nacionales. Sobre los hábitos de la plutocracia.
Los sitios de veraneo. Viajes sin restricciones monetarias. Yates en el mediterráneo. Delicatesen en los momentos de alimento. Estrellas michelin. Capitalismo puro. Para quienes quieren y pueden. Lo banal a lo profano.
México desde la época de Antonio López de Santana enriqueció abrupta y coloquial a unas cuantas familias. De los ibéricos a los criollos. Algunos mestizos escriben con letras de oro el legado. Alto contraste para quienes en las urbes deleitan el estatus quo.
Cada cierto tiempo hojeamos las secciones suburbanas. Cada zona es un distrito opuesto. Incluso indiferente.
El periodismo actual va a pasos agigantados en la lucha por la supervivencia. Es próxima la desaparición física. Mientras tanto el telón del universo de las insinuaciones desprendida.
El matrimonio igualitario ocupa desde la portada. En los interiores dos hermosas mujeres en etapa de madurez caminan hacia el juez de lo civil.
Visten de blanco impoluto. Las rodean algunos familiares. Notables del ambiente nacional de la cultura y las bellas artes.
El hito de salir del closet pasa al recuerdo. Quien canta su pena, espanta. Uno a uno los detalles del evento son relatado. Al fondo del jardín palaciego, la prístina sonrisa de quienes asumen plenas los derechos consagrados en la constitución.
Aquí viene la siguiente temporada emocional. Los wedding planner sofisticados volatizan encomiendas. Desfilan al calor de las mimosas. Vivan las novias. San Pedro Garza García y la edición Sierra Madre. No soy de aquí. Tampoco de allá. El porvenir es el sol ardiente del desierto.