
Entre la memoria de un político como Mauricio Fernández Garza y la violencia que persiste en México
El país sigue navegando entre recuerdos, tragedias y debates que definen su presente. La partida de Mauricio Fernández Garza, alcalde con licencia de San Pedro Garza García, deja un vacío notable en la vida política y cultural de Nuevo León. Cuatro veces edil de uno de los municipios más emblemáticos del área metropolitana, Fernández Garza no solo dejó su huella como funcionario público, sino también como promotor de la cultura, defensor de su ciudad y ejemplo de compromiso ciudadano. Su historia recuerda que la política, cuando se ejerce con visión y servicio, puede trascender más allá de los cargos y los años.
Mientras tanto, la violencia y la inseguridad marcan otra faceta de la realidad nacional. La vinculación a proceso del exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, por presuntos delitos de secuestro, extorsión y asociación delictuosa, evidencia cómo estructuras criminales siguen operando con audacia en diferentes regiones del país. A este contexto se suma la escalofriante cifra de 168 abogados asesinados en los últimos cinco años, un dato que debería poner a reflexionar a todos sobre la fragilidad de la justicia y el riesgo que enfrentan quienes defienden la ley en México.
En el plano político y de seguridad, el debate sobre la Guardia Nacional ha polarizado opiniones. La bancada del PRI alertó que la propuesta de militarizar la institución no contribuye a una estrategia integral de seguridad y que convierte a los ciudadanos en posibles enemigos del Estado. Las voces críticas advierten que la centralización y el mando militarizado no reemplazan una policía profesional ni un Estado garante de derechos, y que lejos de fortalecer la democracia, podría ponerla en riesgo. Por otro lado, el embajador de Estados Unidos, Ron Johnson, ha subrayado el cambio de postura del Gobierno federal en las operaciones antinarcóticos, señalando un viraje significativo respecto a la gestión anterior.