
Juan Lehmann
El presidente argentino mantuvo un breve encuentro con su par estadounidense en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas. Buenos Aires celebró la reunión como paso previo al anuncio de una línea especial de crédito desde Washington.
Javier Milei consiguió su foto más preciada en Nueva York. El mandatario argentino dialogó con Donald Trump en una reunión de corta duración, que pronto se reflejará en un paquete de asistencia financiera directa desde Washington para Buenos Aires.
“Javier Milei es un muy buen amigo, luchador y ganador, y tiene mi respaldo completo y total para la reelección como presidente, ¡nunca te decepcionará!”, publicó en sus redes sociales el estadounidense, antes de imprimir el mensaje y obsequiárselo físicamente al libertario.
En medio de un tembladeral financiero, que forzó al Banco Central a vender la friolera de 1.100 millones de dólares de sus mermadas reservas para sostener el tipo de cambio, el Gobierno argentino apostó todas sus fichas en un salvataje desde Washington.
Finalmente, el diálogo entre ambos presidentes rubrica una línea especial de crédito que el 24 de septiembre terminará de precisar el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent.
El efecto bursátil fue inmediato. Las acciones y bonos soberanos argentinos se recuperaron más del 10%, mientras que el Riesgo País se derrumbó de los 1.500 a los 1.000 puntos básicos, reflejando el aval del mercado al anuncio. A priori, el crédito surgido del Fondo de Estabilización Cambiaria de Washington llevaría relativa calma hasta las elecciones nacionales del 26 de octubre.
Analistas coinciden en que, tras los comicios, el esquema cambiario podría afrontar serias dificultades para sostenerse.Tras la reunión, el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, anunció que el Banco Mundial acelerará un paquete de 4.000 millones de dólares de financiamiento en los próximos meses. Este desembolso forma parte de los 12.000 millones ya comprometidos en abril y, de acuerdo al organismo, apuntará a “modernizar la economía, atraer inversión privada y generar empleos”.
Más allá de la euforia oficialista, de fondo emergen serios interrogantes en torno a las condiciones que podría exigir la Casa Blanca a cambio del socorro al Gobierno de Milei. Entre estos resalta la tensión con China: tal como han expresado distintos funcionarios norteamericanos —entre ellos el propio Bessent en su última visita a Argentina— Washington podría presionar a Buenos Aires para que cancele el swap de monedas vigente con Pekín, renovado por última vez en 2024.
La imagen más elocuente la dio la generala Laura Richardson, extitular del Comando Sur estadounidense, en una exposición en 2022, cuando afirmó que “los préstamos se pagan. O bien con dinero o bien cediendo soberanía”. En aquel momento —a diferencia del actual— se refería a créditos provenientes de China.Una creciente dependencia
“Esto casi que parece un cogobierno: hay un presidente extranjero sosteniendo al argentino en un momento de mucha fragilidad. Estamos viendo cómo se consolida la dependencia a cambio de un salvavidas que ayude a la Casa Rosada a llegar a las elecciones legislativas, algo que no debería motivar endeudamientos de este tipo”, dijo a Sputnik el analista internacional Ezequiel Magnani.
Según el experto, el respaldo del Salón Oval “refleja una creciente asimetría de poder que va a elevar la vulnerabilidad financiera de Argentina y, además, a condicionar la diplomacia argentina por los compromisos geopolíticos que va a asumir Milei”.
“Para Estados Unidos, Argentina no es un actor central ni muchísimo menos: es un país periférico que solamente interesa como puerta de entrada para Latinoamérica”, explicó el especialista.
En la misma sintonía, el analista Claudio Fantini remarcó en una charla para este medio que “esto no es un crédito como los del Fondo Monetario Internacional (FMI). La velocidad del anuncio y la concreción de este préstamo tiene como contracara que las exigencias serán mayores y, con certeza, van a exceder al pago de intereses”.
De acuerdo con Fantini, “es un préstamo político: las razones no son financieras, sino hasta ideológicas y estratégicas desde la Casa Blanca. Eso, que no estamos viendo ahora, es lo que puede traer aparejados efectos duraderos en el país”.Apenas una pieza en el ajedrez global
Los expertos coincidieron en que, a los ojos del Gobierno republicano, Argentina constituye apenas una instancia más para liberar la disputa con China, el segundo mayor socio comercial del país sudamericano.
“Estados Unidos tiene la mirada puesta en Asia. A diferencia de un crédito del FMI, uno de Washington tiene intereses más allá de los financieros: ahí es donde podría complicar el vínculo con Pekín, que es estratégico para Buenos Aires”, esgrimió Magnani.
“A los ojos de Trump, el Gobierno de Milei es un instrumento para intentar bloquear la relación entre China y Latinoamérica. Dado que la región tiene una mayoría de líderes progresistas o de centroizquierda, el libertario emerge como un aliado fundamental”, remarcó el investigador.
Para Fantini, la relevancia del crédito no responderá exclusivamente a su magnitud sino, sobre todo, a los compromisos que deba asumir la Casa Rosada.
“Más que los dólares que lleguen por esta vía, me preocupa lo que tengamos que firmar y cómo vaya a condicionar el desarrollo del país a futuro. Estamos ante un momento crucial para el futuro de Argentina”, apuntó el experto.