Mina, la osita que pagó la incompetencia de quienes deberían cuidarla
Mina, la osita negra rescatada del zoológico La Pastora, parece tener por fin un respiro lejos de lo que alguna vez se llamó su hogar. Bajo el cuidado de la Fundación Invictus, la pequeña muestra ligeros avances: nuevo pelaje en algunas zonas y una recuperación parcial de las lesiones en una de sus patas.
La fundadora del refugio, Erika Ortigoza Vázquez, destaca que estas mejoras son resultado de “una técnica maravillosa” aplicada por el equipo médico, un cuidado que en su lugar original nunca recibió.
El traslado de Mina a Pachuca, gestionado por la Profepa, fue la consecuencia inevitable de la negligencia que la llevó a un estado crítico: desnutrición severa y apenas 28 kilos, cuando un ejemplar sano de su edad debería superar los 150. La osita sobrevivió a la desatención de quienes tenían la obligación de velar por su bienestar, un mal oficio que ahora queda al descubierto frente a la evidencia de su estado.
El caso de Mina no solo refleja la fragilidad de un animal confiado en manos incompetentes, sino también la urgencia de que los responsables de parques y zoológicos en Nuevo León cumplan con su labor, antes de que más vidas inocentes paguen las consecuencias de la indiferencia y el descuido.
Mina en franca recuperación…. y no es por nada se ve mejor a cuando estaba en el Parque La pastora cuyos encargados la olvidaron por completo y no tuvieron atención alguna, por más que digan los encargados de que se trato de un aspecto político. Si hubiese sido a si, no creen que la condición de la osa en definitiva sería de lo mejor y no como una desahuciada y que hoy por hoy gracias a está organización va saliendo adelante.
