
Olé
Bravo. No. Bravísimo. No caer en el juego del senil, anaranjado y descomunal ogro del planeta.
Magnífico resulta no doblarse a los caprichos impuestos a la OTAN. Podemos no coincidir en la pompa de la realeza de los Bourbones. La futilidad de las revistas del corazón. Permitir instalar la base militar norteamericana en tierras ibéricas. Go Home.
Los problemas de esa región se basan en provincias. Existe tanta diversidad ideomatica, de culturas, historia y costumbres, como para tratar de maltratar desde el exterior a un toro ya pasado.
Es el sexto de la tarde. Matador te están buscando. Picadores tras los bureles. Para fuera al espontaneo. Su capote tan zurcido a lo Cantinflas.
En Tarragona los estragos del temporal son graves. Las inundaciones, perdidas económicas y desplazados sin hogar.
Si el PSOE o el PP mantienen la cohesión, tildan de desafortunada la agresión, lo es, de comprar armamento a los Estados Unidos de América.
España no tiene ninguna guerra, salvo la inmigración descontrolada de sudamericanos y los dilers africanos, ofreciendo en cada plaza hachís.
Invadir España. No tiene objeto. Se vive bien. Eso sí. Los precios de los alquileres y las compras de propiedades andan por las nubes.
Viva el Real Madrid, el Rayo Vallecano, el Valencia y como no, el Barcelona. Vaya competición siempre tan cerrada. En las peñas futbolísticas, en medio de tapas, chorizo y jamón serrano, se discute el lugar en la liga. Las posibilidades de entrar en la Copa del Rey o ir a la Champions.
Por ahora solo la solidaridad con los menesterosos, para reconstruir los daños mayores del temporal huracanado.
Aguante España. Olé. Oreja y rabo del capiboro anaranjado.