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Entre lodo y esperanza: San Nicolás lleva ayuda a Veracruz tras las inundaciones

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Veracruz.- La devastación es tangible desde que se cruzan los primeros puentes sobre los ríos que desbordaron. Casas medio sumergidas, calles convertidas en ríos de lodo y escombros, familias caminando con agua hasta las rodillas. En medio de este panorama, la ayuda de Nuevo León llegó para aliviar, aunque sea por un momento, la angustia de quienes lo han perdido todo.

Desde San Nicolás de los Garza partió una brigada a la que sumaron algo más de 40 personas con al menos 20 toneladas de víveres y artículos de primera necesidad. Al llegar a las zonas de Tiguatlán, Poza Rica, Coatzintla y, especialmente, la afectada por el río Cazones, se percibió de inmediato el contraste entre el lodo y la solidaridad: familias desesperadas, ojos cansados, pero manos dispuestas a recibir el apoyo.

“No es solo alimento o agua, es esperanza”, relató el Alcalde Daniel Carrillo Martínez. “A una semana de la inundación, siguen sin luz, sin gas, con el lodo dentro de las casas. Lo material es lo de menos; hay pérdida de vidas y de todo lo que tenían”.

Cada colonia tiene un coordinador que organiza la entrega y asegura que los recursos lleguen a quienes más los necesitan. Los voluntarios de San Nicolás recorren calles cerradas por el lodo, a veces hasta la cintura, entregando alimentos, agua, artículos de limpieza, pañales y alimento para mascotas. El olor a tierra mojada y descomposición es constante, y la humedad calienta aún más el ambiente, haciendo que cada paso sea un recordatorio de la catástrofe.

El trabajo no se limita a entregar víveres. Los brigadistas colaboran con palas, bombas de agua y motosierras para rehabilitar domicilios, limpiar calles y ayudar en la recuperación de cuerpos. Cada gesto refleja la urgencia de restaurar algo de normalidad en un escenario desolador.

Carrillo Martínez destacó que la tragedia no distingue edades: adultos mayores atrapados en sus casas, niños imposibilitados para salir, familias completas aisladas. La coordinación con Ejército, Marina y autoridades locales ha sido clave para que la ayuda no se pierda ni se desperdicie. “Donde te pares puedes ayudar, pero es mejor hacerlo de manera ordenada. Cada familia necesita asistencia directa, no improvisada”, señaló.

El llamado a la ciudadanía continúa. Los centros de acopio en Nuevo León reciben donaciones mientras los equipos evalúan, clasifican y desinfectan la ropa y los víveres antes de entregarlos. La reconstrucción llevará meses, y el lodo de hoy será la base de un trabajo que exigirá paciencia, esfuerzo y solidaridad constante.

Entre el dolor y la incertidumbre, la brigada de San Nicolás logró algo más que llevar víveres: transmitió un mensaje de que la esperanza no se pierde, que todavía hay manos que se extienden, y que, incluso en medio del desastre, la comunidad mexicana puede unirse para reconstruir lo que el agua y la tormenta arrasaron.

Finalmente, el Alcalde también aseguró que se mantendrá el llamado a la ciudadanía para contribuir a la ayuda, mientras los equipos sobre el terreno evalúan y clasifican los recursos enviados, asegurando que lleguen de manera ordenada y segura a quienes más los necesitan.

eitmedia.mx