
Amozoc, Puebla.– El cierre de temporada en el Autódromo Internacional Miguel E. Abed fue todo menos tranquilo. Entre contactos, incidentes y múltiples banderas amarillas, Rubén Rovelo volvió a levantar la mano y, al volante del auto #28 de Alessandros Racing/Heraldo Media Group, se llevó una victoria que tenía cuatro años esperando… y que lo coloca ya en los libros de historia como el máximo ganador de NASCAR México Series.
Rovelo arrancó el fin de semana con autoridad al quedarse con la pole, y desde los primeros metros dejó claro que no pensaba soltar la punta. Apenas se dio la arrancada, un choque múltiple en la parte trasera del pelotón obligó a detener todo; pero en el reinicio, el capitalino retomó el control y marcó el ritmo en las vueltas iniciales.
Las interrupciones no dieron tregua. Entre banderas amarillas y un primer Stage que terminó bajo presión, Rovelo sostuvo la concentración y defendió el liderato vuelta tras vuelta. Para la segunda mitad, el reloj se convirtió en enemigo de todos: la carrera avanzó con más pausas y finalmente tuvo que definirse por tiempo, activando el protocolo verde-blanca-cuadros para el cierre.
En ese último reinicio, Rovelo salió decidido. No permitió espacios, cerró cada intento de rebase y administró su experiencia para completar 106 giros y ver la bandera a cuadros. Con esta victoria —la número 28 de su trayectoria— rompe la sequía que arrastraba desde 2021 en San Luis Potosí y se consagra como el piloto con más triunfos en la historia del serial.
“Tenía cuatro años sin ganar y estaba decidido a hacerlo hoy, en una fecha donde todos venían a jugarse algo: el campeonato, posiciones o simplemente cerrar fuerte. La carrera fue durísima, muy disputada, y por eso este triunfo sabe todavía mejor”, expresó Rovelo al final del día, visiblemente emocionado tras poner punto final a una temporada cargada de obstáculos… y de un final que ya lo inmortaliza en la categoría.
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