La tranquilidad de una competencia ecuestre se transformó en una escena de terror cuando un grupo armado abrió fuego contra los asistentes en el carril de carreras Santa Teresa, a la altura del kilómetro 02 de la carretera Parral–Jiménez. El ataque, ocurrido la tarde del sábado 15 de noviembre, dejó un saldo de siete hombres muertos —todos de entre 20 y 35 años— y una decena de lesionados, además de un ambiente de pánico que se extendió más allá del lugar del evento.
Tras la agresión, medios locales informaron sobre bloqueos carreteros, persecuciones y enfrentamientos entre presuntos grupos delictivos en distintos puntos de la región, lo que complicó aún más la respuesta de auxilio y generó incertidumbre entre la población de los alrededores.
Autoridades ministeriales confirmaron que las víctimas aún no han sido identificadas. Especialistas de la Unidad de Servicios Periciales procesaron la escena y aseguraron diversos cartuchos percutidos de calibres 7.62×39, .45 y 9 milímetros. También quedaron bajo resguardo 12 vehículos, entre ellos siete pick ups y cinco sedanes, que formaban parte del entorno inmediato del ataque.
La Fiscalía mantiene abierta la investigación mientras la comunidad intenta asimilar un episodio que volvió a exhibir la vulnerabilidad de espacios recreativos frente a la violencia criminal que golpea al norte del país.
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