Las cenas navideñas en México están cambiando de forma silenciosa, pero constante. Cada vez más familias optan por proteínas que combinen sabor, rendimiento y practicidad sin disparar el gasto, y en ese escenario la carne de cerdo ha comenzado a ganar un lugar protagónico en las mesas decembrinas.
De acuerdo con registros del CEIEPAv de la UNAM, el consumo de carne de cerdo en el país ronda los 20 kilogramos por persona al año, cifra que la coloca como la segunda proteína más consumida. Este hábito se ha intensificado en diciembre, cuando las reuniones familiares, las posadas y las cenas requieren opciones que rindan más y permitan alimentar a más personas sin perder calidad.
En medio de un contexto económico que obliga a cuidar el presupuesto, el cerdo se ha convertido en una alternativa estratégica para muchas familias. Su facilidad de preparación, su rápida cocción y la posibilidad de elaborar platillos abundantes lo vuelven una opción atractiva para estas fechas, sin necesidad de pasar horas adicionales en la cocina.
Además de su sabor y adaptabilidad, se trata de una proteína con beneficios relevantes. Su alto contenido de tiamina, vitamina fundamental para la producción de energía, le otorga una ventaja frente a otras carnes. También aporta nutrientes como vitamina B6, zinc y selenio, que ayudan a reforzar el sistema inmunológico durante la temporada de frío.
Cortes como lomo y pierna permiten integrar proteínas magras a la dieta sin elevar los costos, ofreciendo un balance entre calidad nutricional y rendimiento. Esto ha abierto la puerta a nuevas formas de preparar platillos navideños, desde recetas tradicionales hasta versiones contemporáneas que se adaptan al gusto de las nuevas generaciones.
Empresas del sector alimentario como Bachoco han impulsado esta tendencia al ofrecer opciones de carne de cerdo marinada y guisos listos para servir, pensados para facilitar la organización de cenas, posadas e intercambios familiares, apostando por soluciones prácticas que mantienen el sabor y la calidez de la comida compartida.
Esta evolución en los hábitos de consumo confirma que el cerdo se ha convertido en una alternativa sólida para las celebraciones de diciembre. Su equilibrio entre precio, sabor y valor nutricional lo mantiene como una de las proteínas más consistentes en la dieta de los mexicanos durante la temporada más importante del año.
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Ilustración : Bachoco
