
Tigres está a un partido de volver a tocar la cima del futbol mexicano. Este domingo, en el Estadio Nemesio Díez, los felinos se meterán a una de las canchas más complejas del país con la convicción de que tienen historia, carácter y futbol suficientes para salir campeones del Apertura 2025, sin importar el camino que marque el partido.
La final se presenta como un duelo de resistencia, cabeza fría y jerarquía. Tigres llega con una mochila cargada de experiencias decisivas, muchas de ellas lejos de casa. A lo largo de su historia en la Liga MX, el conjunto universitario ha sabido levantar trofeos en territorio ajeno y en escenarios de máxima presión, una condición que hoy vuelve a colocarlos en una posición familiar.
De sus ocho títulos de liga, la mayoría han sido conquistados como visitante. Desde finales cerradas que se resolvieron con ventaja mínima, hasta definiciones dramáticas en tiempos extra o desde el manchón penal, Tigres ha demostrado que sabe competir cuando el margen de error es mínimo y el ambiente juega en contra.
La antesala de esta final tuvo un ingrediente especial. Más de 35 mil aficionados se dieron cita en el Estadio Universitario para acompañar al equipo en su último entrenamiento antes del viaje al Estado de México. Desde temprana hora, la afición comenzó a llenar las gradas, convirtiendo una práctica en un acto de comunión total entre equipo y tribuna.
El plantel salió al campo entre aplausos, cánticos y banderas. Cada jugador fue reconocido, pero el nombre que más retumbó fue el de André Pierre Gignac, símbolo de una era y referente indiscutible del club, en medio de rumores que colocan este partido como uno de los últimos grandes capítulos de su carrera.

En lo futbolístico, el entrenamiento transcurrió con normalidad. Fernando Gorriarán y Rómulo Zwarg realizaron trabajo físico sin aparentes complicaciones y todo indica que estarán disponibles para el duelo definitivo. Jesús Angulo no trabajó al parejo por una molestia en la rodilla izquierda, aunque se espera que viaje con el equipo y su participación se decidirá hasta el último momento.
El cierre de la práctica tuvo un tono emotivo. Las familias de los jugadores y del cuerpo técnico ingresaron al campo para agradecer el respaldo de la afición, en una imagen que reflejó la conexión entre el grupo y su gente en la víspera de la cita más importante del torneo.
Antes de retirarse, el mensaje fue claro y directo. Fernando Gorriarán, capitán felino, habló desde el corazón y prometió entrega total. Nahuel Guzmán, fiel a su estilo, reforzó la idea de un equipo que sigue vigente y dispuesto a competir hasta el final.
Tigres perfila un once con Nahuel Guzmán en el arco; Jesús Garza, Joaquim Pereira, Juan José Purata y Marco Farfán en defensa; Rómulo Zwarg y Fernando Gorriarán en el mediocampo; Diego Lainez, Juan Brunetta y Ángel Correa como generadores de juego, con André Pierre Gignac en punta.
Mientras tanto, en el Estadio Universitario se realizará un watch party para que la afición pueda vivir la final de manera conjunta, con acceso gratuito mediante registro previo, reforzando la sensación de que el equipo no viajará solo.
Este domingo, en Toluca, Tigres buscará dar el último paso. La cita es a las 19:00 horas. Noventa minutos, o los que sean necesarios, separan a los felinos de una nueva página dorada en su historia. El escenario está listo. La presión es máxima. La ambición, intacta.
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Foto: https://x.com/TigresOficial




