Entre migrantes que se quedan y heridas que no cierran…
En medio del vaivén migratorio del continente, México terminó convertido en destino inesperado. No fue por campañas oficiales ni por alguna estrategia brillante, sino porque las políticas de la Casa Blanca empujaron a miles de personas a replantearse el rumbo. Lo que antes era una carrera por alcanzar la frontera, ahora es un freno súbito que deja a muchos pensando si quizá este lado puede ofrecerles algo de estabilidad. Y mientras la mayoría opta por quedarse, el país vuelve a preguntarse si realmente está listo para recibirlos.
El Economista retomó cifras que retratan ese giro: del 20 de enero al 10 de diciembre de 2025, Estados Unidos deportó a México a 11 mil 886 migrantes extranjeros. A eso se agregan casi 58 mil 800 solicitudes de asilo registradas por la Comar entre enero y septiembre. Los números hablan solos; la intención de establecerse ya no mira hacia el norte con la misma fuerza. Pero el cambio de flujo no borra la pregunta de fondo: ¿puede México responder a este nuevo rol sin que la improvisación vuelva a ser la brújula?
Y mientras el país intenta absorber transformaciones profundas, en la capital se reconstruye la historia de otra tragedia reciente. La explosión de una pipa de gas LP ocurrida el 10 de septiembre de 2025 dejó 144 víctimas y una cuenta pendiente que apenas empieza a saldarse. La reparación del daño asciende a 480 millones de pesos entregados mediante acuerdos reparatorios con la empresa Silza. De las 144 víctimas, 143 aceptaron los convenios y 127 ya recibieron los montos acordados. La carpeta de investigación quedará reservada, aunque se promete un expediente público una vez concluido el caso, siempre que las propias víctimas decidan si quieren avanzar por la vía judicial.
El desastre sigue cobrando factura. La Secretaría de Salud capitalina informó que de las 52 personas hospitalizadas, 13 continúan en rehabilitación, 23 reciben atención en salud mental y el resto fue dado de alta. Una tragedia que, con todo y el aparato oficial, recuerda que no todas las emergencias del pasado han tenido la misma diligencia ni la misma prisa por atenderse. El caso concreto la Línea 12 del metro que pasaron años, para que el empresario de los celulares pagara una suma pena.
