
Entre promesas de aire limpio y lujos que irritan
Pemex volvió a anunciar que ahora sí viene el gran viraje ambiental para Cadereyta, esta vez de la mano de Japón. Hablan de eficiencia, tecnología avanzada y reducción de emisiones. Dicen que el proyecto está en fase de integración y validación. Suena bien, pero por ahora sigue siendo un catálogo de intenciones. En un estado que respira contaminación todos los días, los discursos ya no alcanzan; la gente quiere resultados visibles, no otra ronda de promesas técnicas.
Mientras tanto, el contraste del poder político con la vida cotidiana vuelve a encender molestia, ahora con las imágenes del hijo del expresidente López Obrador, José Ramón López Beltrán, captado en Houston saliendo de boutiques como Loro Piana y Hermès. El video lo muestra con bolsas de marcas de lujo, en plena temporada navideña, sin declaración alguna de su parte. Las imágenes circularon rápido, sobre todo porque su padre construyó por años un discurso de vivir con lo justo y condenar los excesos. Ese contraste, repetido una y otra vez por sus propios hijos, sigue siendo una herida abierta para quienes escucharon durante años que se podía vivir dignamente con 200 pesos en la bolsa mientras se pedía austeridad al resto del país.
Aquí @_JRLB_ saliendo de Loro Piana (la cima del Quiet Luxory) en Houston con su bolsa Hermès.
— vampipe ⍨ (@vampipe) December 25, 2025
¡Feliz Navidad, baquetón! pic.twitter.com/xxkRc14Mc8
Y lejos de México, otro ejemplo de austeridad en entredicho: en Argentina, el viaje del presidente Javier Milei a Oslo incluyó 163 mil dólares solo en combustible. El monto salió del Tesoro Nacional y ni siquiera abarca viáticos, tarifas ni el estacionamiento del avión. La delegación se hospedó en el Grand Hotel Oslo, aunque el gobierno aún no transparenta el resto de los gastos del viaje.
Tres realidades, un mismo sentimiento: la distancia entre lo que se promete y lo que se practica. En Nuevo León, Pemex asegura que viene el cambio; en Argentina, Milei habla de recortes mientras su viaje deja cifras incómodas; y en México, la imagen del hijo de un mandatario que basó su discurso en la austeridad vuelve a encender el enojo ciudadano. Al final, lo que la gente exige es simple: coherencia.



