
El entusiasmo por la ingeniería llevó a dos alumnas de la Universidad de Monterrey a una de las experiencias más exigentes y formativas del ámbito científico: un entrenamiento académico y técnico en instalaciones de la NASA, que les abrió un panorama profesional de talla internacional. Imelda Gómez y Andrea Zoe Blanco Martínez fueron seleccionadas para integrarse al International Air and Space Program (IASP) 2025, realizado en noviembre en el Space Center Houston y en el Johnson Space Center.
La convocatoria reunió a medio centenar de estudiantes de distintos países, todos sometidos a un modelo de preparación que replica procesos reales de entrenamiento para misiones espaciales. Imelda, alumna de Ingeniería en Mecatrónica, y Andrea Zoe, estudiante de Ingeniería Mecánica Administrativa, enfrentaron jornadas de simulación, trabajo colaborativo y resolución de problemas bajo dinámicas que las acercaron a los retos cotidianos de astronautas e ingenieros aeroespaciales.
Durante el programa, Imelda vivió uno de los momentos que marcaron su rumbo profesional al recorrer el Centro de Entrenamiento de Astronautas y observar los módulos de práctica de la Estación Espacial Internacional. La visita la llevó a replantear la distancia entre su vocación y una aspiración que antes veía remota. “Me hizo sentir que ser astronauta no es un sueño lejano, sino una meta a la que realmente podría aspirar”, compartió.
El encuentro con especialistas de la NASA también fortaleció su visión sobre el trabajo multidisciplinario. “Me di cuenta de que ningún proyecto, y menos en el ámbito aeroespacial, se logra solo. Escuchar distintas opiniones, integrar perspectivas de diferentes disciplinas y confiar en las habilidades del equipo es clave para que una misión tenga éxito”, afirmó.
Andrea Zoe, por su parte, destacó el impacto de convivir con estudiantes de múltiples países que compartían una pasión común por la ciencia y la ingeniería. “Lo que más me impactó fue el hecho de estar rodeada de personas tan impresionantes, gente curiosa, ambiciosa y apasionada por lo que le gusta”, señaló.
La experiencia la llevó a replantear el sentido práctico de su carrera. “La ingeniería no es solo números, es la capacidad de enfrentar problemas y generar múltiples soluciones desde distintas perspectivas”, expresó, al destacar que el intercambio con jóvenes de distintas disciplinas le abrió un universo de ideas y creatividad.
Imelda reflexionó sobre el nivel de exigencia que implica participar en proyectos espaciales. “Comprendí lo esencial que es la disciplina: ser astronauta e ingeniero requiere constancia, preparación y mucha dedicación”, dijo, al recordar que en situaciones críticas la toma de decisiones debe ser inmediata. También habló de las dudas que antecedieron su postulación al programa: “Yo misma dudé mucho antes de postularme porque no me sentía lo suficientemente capaz… fue cuando decidí confiar en mí, que me animé a aplicar y gracias a eso pude cumplir mi sueño de participar en el IASP 2025”.
La estudiante también reconoció el papel del programa Formar para Transformar de la UDEM en su proceso formativo, al señalar que habilidades como el liderazgo y la comunicación fueron determinantes en Houston. “Saber comunicar ideas, colaborar con personas de diferentes perfiles hizo toda la diferencia”, expuso.
Andrea Zoe envió un mensaje a quienes aspiran a integrarse a experiencias similares. “Les diría que se atrevan, que no tengan miedo de intentar cosas nuevas y que se den la oportunidad de aplicar, incluso cuando piensen que no van a pasar”, expresó.
Al final, ambas reconocieron que su formación universitaria fue un punto de apoyo para llegar hasta el entorno de la NASA. “La UDEM ha sido un pilar fundamental en este proceso; sin los conocimientos que he ido adquiriendo en mis clases, y sin el apoyo de mis maestros y amigos, no habría logrado llegar hasta aquí”, concluyó Andrea Zoe.
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