El veto de EU en la ONU para un cese al fuego en Gaza provocó las represalias a los barcos que arriman en el puerto israelí de Eilat por los hutíes yemenitas Ansarolá, quienes han bloqueado el superestratégico estrecho de Bab el-Mandeb que conecta el mar Rojo con el océano Índico, y donde atraviesan 4 millones de barriles de petróleo al día.
Un bloqueo total del estrecho de Bab el-Mandeb (“Puerta de las Lamentaciones”) es susceptible de dañar, amén del bloqueo marítimo a Israel, las economías europea y global.
El grupo guerrillero de los hutíes yemenitas de Ansarolá (Ayudantes de Alá) externó su disposición a “cerrar el estratégico estrecho de Bab el-Mandeb en respuesta a las amenazas de EU para formar una coalición naval para las operaciones en el mar Rojo”
Se abre de facto un frente periférico en el mar Rojo a la enésima guerra que libra el Gobierno de Netanyahu contra los guerrilleros palestinos de Hamás.
Otros frentes periféricos que han sido detonados, sin todavía llegar a su paroxismo, y que se han integrado en un amplio Frente de la Resistencia, son las escaramuzas en los anexados Altos del Golán, que pertenecen a Siria, así como en el Líbano-Sur con los guerrilleros chiitas de Hizbulá, que intercambian bombardeos cotidianos con el norte de Israel, y los ataques de las guerrillas chiitas en Irak contra las bases estadunidenses tanto en el mismo Irak como en Siria.
Desde el 9 de diciembre, las llamadas Fuerzas Armadas Yemenitas anunciaron que a todas las embarcaciones vinculadas al ejército de ocupación israelí se les prohíbe su travesía por el mar Rojo, independientemente de su nacionalidad “hasta que suficientes alimentos y medicinas sean permitidos entrar a Gaza”.
Según el medio libanés Al Mayadeen, muy cercano a Hizbulá, “la amenaza yemení constituye una amenaza estratégica muy seria a Israel”, así como al comercio global y a las rutas marítimas de transporte, lo cual aceptan los multimedia israelíes.
El portal financiero israelí Globes informa que Israel “emitió una instrucción urgente a sus puertos para eliminar información sobre arribos y salidas de sus barcos en su internet”.
Los ataques hutíes han ido en escalada y han sido de diferente variedad a cierto tipo de tankers que se dirigen al puerto israelí de Eilat, una ciudad muy turística con 52.000 habitantes. Y cabe señalar que la distancia de la capital Saná, hoy bajo control de los hutíes, a Eilat es de 1.842 km y a Tel-Aviv de 2.069km.
El analista israelí de asuntos estratégicos, Zvi Bar´el, ha consagrado dos artículos al bloqueo marítimo de Ansarolá, lo cual “ha hecho tambalear a Occidente” después de que el barco noruego STRINDA fue alcanzado por un misil.
La guerra asimétrica de Ansarolá cuenta con un pletórico arsenal de misiles balísticos con un alcance de 500 km y misiles crucero con un alcance entre 80 y 300 km, que han obligado a que las empresas marítimas de transporte se desvíen para dar la vuelta hasta el Cabo de la Buena Esperanza en el sur de África.
El analista israelí Zvi Bar´el sopesa la dificultad de decisión de EEUU que ha tomado cartas en el asunto y sopesa bombardear el puerto yemenita de Hodeida, bajo control de los hutíes, lo cual complicaría más las cosas a una guerra subregional que implicaría a Arabia Saudita y a Jordania, que mantienen todavía excelentes relaciones con Washington.
El portal libanes de habla francesa L´Orient-Le Jour expone un mapa con “varios ataques en las últimas semanas en contra de barcos marítimos vinculados a Israel”, entre ellos el abordaje espectacular por los guerrilleros hutíes del barco Galaxy Leader, propiedad del polémico millonario israelí Rami Ungar.
Mucho se comenta la destrucción de varios misiles de Ansarolá por EEUU y Francia, quienes con Gran Bretaña mantienen una importante presencia militar alrededor del estrecho de Bab el-Mandeb, donde los guerrilleros yemeníes acaban de atacar embarcaciones francesas.
Curiosamente, el analista Zoran Kusovac cuestiona: “¿La amenaza de los hutíes al orden mundial es peor que la guerra en Gaza?”. Y se contesta que, más allá de los factores humanitarios, “en cálculos de seguridad y economía, el mundo está menos preocupado pragmáticamente con la guerra en Gaza que con su transporte marítimo”.
El estrecho de Bab el-Mandeb, con 26 kilómetros de ancho, constituye una imagen en espejo geopolítico del otro superestratégico estrecho de Ormuz, de un ancho de 33 kilómetros, donde atraviesa la quinta parte del consumo petrolero (21 millones de barriles al día), lo cual lo hace “la arteria petrolera más importante del mundo” y que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán en el océano Índico.
Siete kilómetros de ancho diferencian al estrecho de Bab el-Mandeb con el estrecho de Ormuz. Tales 7 kilómetros marcan la distancia de una escalada a una guerra regional en el mar Rojo alrededor del cuerno de África, con una guerra de EU contra Irán de mayor envergadura en el golfo Pérsico.
Así como Irán ha detectado la vulnerabilidad petrolera de EU en el estrecho de Ormuz, ahora los guerrilleros hutíes yemenitas han detectado la fragilidad de Israel en el mar Rojo.
El portal galo Réseau Voltaire comenta una frase profética que solía enunciar el fallecido presidente de Yemen, Alí Abdullah Saleh: “Quien tenga las llaves de Bab el-Mandeb y de Ormuz no necesita la bomba atómica”.
La mayoría del petróleo y gas natural del golfo Pérsico que es transportado por el Canal de Suez o el oleoducto Sumed pasa por ambos estrechos.
El disparo del precio del petróleo pende sobre la cabeza de Biden.
Fuente:https://sputniknews.lat/
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