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De rojo nos vemos bien: Till Lindemann

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Del escandalo vive el artista. A la transgresión la engendra los tabús. La vida en occidente. Vacía hasta la medula. Quienes participamos en la ceremonia de Till Lindemann la noche del 2 de enero del 2024 conocemos los alcances de la polémica.

Till Lindemann (Leipzig, República Democrática Alemana, 4 de enero de 1963) cantante, actor, poeta, escritor, pirotécnico y ex nadador alemán, conocido mundialmente por ser vocalista de la banda de metal industrial Rammstein. Además de ser hijo del finado escritor alemán Werner Lindemann.

En el Showcenter complex se aglutinan las lolitas vestidas de purpura. Machacan la mirada de acto provocador de la ropa entallada. Ligueros, bustiers catatónicos y zapatos industriales.

Quienes acuden al llamado no son los miles de Rammstein. Tan solo los cientos de Lindemann en la faceta de solista.

Los abridores, crossover oaxaqueño con visitaciones postcinematrográficas del filme clásico de López Tarso, el Macario. El tentador siendo seducido. El hambre del mexicano. La imposibilidad de salir al laberinto de los hijos despreciados de Dios.

Electro industrial nacional. Yo acuso al chauvinismo recalcitrante. Al petroglifo donde escribimos las tradiciones de Mesoamérica.

Otro sueño. Otra pesadilla. Hasta la próxima vez Monterrey.

El performance de Till Lindemann destraba la conjetura del horario. 22: 15 horas. Rojo diablo de la lotería de Clemente Jaques. Rojo el rostro. La lencería de las apostadoras en los instrumentos musicales.

Su gira, es al interior del México esotérico y alterno. Cada uno de los mandamientos celestiales, los cadáveres putrefactos de la absolución por lo profano.

El largo camino por donde Caronte o Mictlantecuhtli se retuerce de la risa de los vivos. La venganza en 19 cortes, incluyendo la versión castellana de los Héroes del Silencio.

Zunge, Schweiss, Fat, Altes Fleisch, Allesfresser, Golden Shower, Tanzlehrerin, Ich weiß es nicht, Sport frei, Blut, Praise Abort, Platz Eins, Fish On, Gummi, Steh auf, Knebel, Ich hasse Kinder, Skills in Pills y Entre dos tierras.

Ante la complacencia de Lindemann se lanzaron pasteles, peces podridos. Ha paseado como profeta de la rabia y la locura. Entre los consumidores del sonido de la sección A.

Aquí y ahora se corre a la dispersión. Solo las beneficiarias, las del brazalete color negro, estarán más tarde, hoy mismo, en la última cena, en una secreta dirección, con Till Lindemann y su crew.

Nosotros, los más, volvemos a nuestras fortalezas de cristal. A procesar lo visual.

Por: Gerson Gómez-eitmedia.mx