Una nueva forma de combatir los síntomas del síndrome de intestino irritable fue desarrollada por especialistas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Se trata de Ananá, una composición nutracéutica formulada a base de piña y plantas como la guayaba y el nogal, con la cual han ayudado a mitigar este padecimiento.
El síndrome de intestino irritable está relacionado con malestares gastrointestinales, como gases, distensión abdominal, hinchazón o inflamación, y algún tipo de cólicos. No hay razón de su causa, pero se relaciona con el estrés y la alimentación, según lo indicó Adbel Zaid Martínez Báez, profesor de la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la UANL.
Seis de cada 10 mexicanos presentan el síndrome de intestino irritable.
“Los productos naturales, como los alimentos y las plantas, dentro de su composición, tienen nutrimentos que nos dan energía y nutrimentos con una acción funcional, la cual es muy variada de acuerdo con el tipo de plantas. Puede ser una acción antiinflamatoria, antioxidante, antimicrobiana, entre otros; es muy amplia la gama de actividades funcionales que tienen los productos naturales”, señaló Martínez Báez.
El especialista indica que, en esta composición nutracéutica, la piña aporta la enzima bromelina, la cual ayuda a mejorar la digestión de los alimentos, mientras que la guayaba y el nogal presentan componentes con actividad antiinflamatoria.
Una composición nutracéutica es aquella en la que se encuentran componentes de origen natural que van a tener un beneficio en la salud del paciente.
“El que nosotros identifiquemos un componente de alguna planta o alimento, lo dispongamos en un producto como un suplemento alimenticio y podamos evidenciar su efectividad en los pacientes nos hace proponer combinaciones o mezclas adecuadas para algún grupo de pacientes con necesidades específicas, como las identificadas en los ingredientes de la presente composición nutraceútica, que mejorarán la digestión, la inflamación y el tracto digestivo en general”, mencionó el también responsable del Laboratorio de Química de Alimentos de la FASPYN.
La ruta de Ananá
Para el experto, el participar en diversas convocatorias que ayudan a los investigadores con la transferencia de tecnología al sector público y privado ha sido de gran ayuda para el desarrollo de Ananá.
· El proyecto inició en 2020 y participó en el diplomado CREALTII de la Dirección de Emprendimiento y Desarrollo Empresarial.
· La composición nutracéutica también participó en el programa Tiger Tank en 2022, en la cual resultó ganadora.
· En el 2023 ingresó la solicitud de patente ante el IMPI, con apoyo del Centro de Incubación de Empresas y Transferencia de Tecnología (CIETT).
· Actualmente está en el programa ProACTI de la Dirección de Investigación. Este programa los está apoyando para concluir el proyecto.
“Lo que viene para Ananá es que vamos a realizar un ensayo clínico en Servicios Médicos de la UANL en donde se le va a dar al paciente el producto junto con una atención médica y nutricional completa”, señaló Martínez Báez.
La presentación de esta composición nutracéutica se da en un suplemento alimenticio en gel.
Con este protocolo se busca que Ananá pueda llegar a una empresa para que sea distribuida como producto portable, viable y práctico.
En el equipo liderado por Martínez Báez también participan Luz Pérez Ávila, especialista en nutrición clínica, e Irasema Medina Lozano, química clínica bióloga, quienes han logrado la constitución de Ananá.
eitmedia.mx