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Pedro García

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POLÍTICA Y GENTE

INTERVENCIÓN: Y el sobreprecio que se pagaba, presidente. Usted quedó en diciembre de 2019 de darnos esa información, cuánto sobreprecio pagaban los gobiernos mexicanos, los funcionarios mexicanos, se quedaban con ese dinero al comprar también estas gasolinas.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Sí porque, por ejemplo, Pemex Internacional, que fue una corporación que creó Salinas, era la encargada de vender el petróleo crudo y de comprar las gasolinas. Incluso, llegando nosotros se limpió Pemex Internacional.

Pero este es el resultado, esto es lo que hemos logrado, y ya estamos a punto de dejar de comprar las gasolinas y nos ayuda mucho porque, si tenemos precios bajos en las gasolinas, tenemos precios bajos en las mercancías, en los alimentos, tenemos control de inflación.

Claro, sutilmente alguien dice: ‘Contamina la refinería de Cadereyta’. Yo le he pedido al director de Pemex que hoy informen porque la refinería de Cadereyta… Esto para los de Cadereyta y de Nuevo León, que es gente muy inteligente, para que no los manipulen, se les van a presentar todos los datos sobre las emisiones que produce la refinería de Cadereyta y no está fuera de la norma, está por abajo de la norma.

Y hay otras plantas —no quiero polemizar sobre eso— que son las que contaminan. No se vale que por el conservadurismo —porque les molesta Pemex, les choca, me choca, diría una amiga— quisieran cerrar. Bueno, esa ha sido la política después de la expropiación de los conservadores, darle marcha atrás a la política nacionalista. Lo recordó el presidente López Mateos cuando nacionalizó la industria eléctrica: ‘Tengan cuidado, porque van a venir otros que van a querer darle marcha atrás a la expropiación del petróleo y a la nacionalización de la industria eléctrica.

INTERVENCIÓN: ¿Y si cerraran la refinería volverían los gasolinazos?

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Es que nos quedamos a expensas del mercado internacional.

Hace dos años —les voy a poner un ejemplo—, cuando la guerra de Ucrania, el petróleo se fue a las nubes, el crudo, y las gasolinas igual. Nosotros tomamos la decisión… Porque lo podemos hacer, porque el petróleo no está privatizado, afortunadamente, o no está privatizado del todo porque lo intentaron y no les dio tiempo porque sonó la campana y llegamos nosotros y paramos la privatización.

Entonces, tenemos la producción de petróleo, Pemex produce, a pesar de la reforma energética, un millón 800 mil barriles, y los particulares a los que les entregaron contratos apenas producen 30 mil barriles, porque les dieron los contratos y en vez de producir se dedicaron a especular. No les dio tiempo de entregarles toda la reserva de petróleo de México y le quedó a la nación el 80 por ciento del petróleo, y con ese 80 por ciento sin cancelar los contratos que les habían entregado, con ese 80 por ciento sacamos adelante, estamos rescatando a Pemex, como lo estamos haciendo con la Comisión Federal de Electricidad.

Entonces, tenemos ya mayor producción, tenemos más producción de gasolina y ya tenemos más mercado interno. Ya Pemex obtiene el 75 por ciento de sus ingresos del mercado interno, no tiene ingresos, como antes, sólo de la venta de petróleo crudo, ya Pemex obtiene ingresos, utilidades, de la distribución de las gasolinas, porque Pemex distribuye el 80 por ciento de las gasolinas.

Ustedes pueden ir a una gasolinería con marca extranjera, pero esa gasolinera o gasolinería de marca extranjera le compra a Pemex la gasolina, eso es importante. Entonces, viene la guerra, se van los precios arriba. Nosotros, por la venta del crudo teníamos un excedente y decidimos: Este excedente, por el crudo, lo vamos a meter a subsidio al precio de la gasolina. Y le metimos 15 mil millones de dólares de subsidio. Pero eso lo pudimos hacer porque tenemos el dominio de la nación sobre Pemex.

¿En qué nos ayudó esto?

En que, al tener bajo el precio, no se nos disparó la inflación, no se dañó la economía popular. Si no fuese así, si no tuviésemos nosotros el control en la producción, se nos van los precios a las nubes y no tendríamos la economía que tenemos ahora. Entonces, esto es lo que hemos logrado.

¿Qué quisieran los conservadores?

Esto, esto o esto. Es que, hablando en plata, a ellos no les importa el pueblo, ellos son empleados de los grupos de intereses creados, son empleados del poder económico, del poder oligárquico, entonces esas son nuestras diferencias, pero vamos nosotros a defender el punto siempre.

Ah, dicen, primero, porque contamina.

Luego, esto para los que se dejan engañar, dicen: ‘Ya estamos en la era de las energías renovables, ya no necesitamos las energías fósiles, acabemos con las refinerías’. ¿Saben cuánto nos va a llevar todavía la transición —que yo la deseo, ¿eh?— energética? La deseo. Según mis pronósticos, tres décadas. ¿Qué hacemos dependiendo? Imagínense nada más a cuántos trabajadores habría que despedir.

Y ahora sí que, como nos decían a nosotros, nos decían los conservas, sobre todo los seudointelectuales: ‘Sí, sí, sí, pero los cómo, a ver los cómo’. ¿Cómo van a mover la industria sin el petróleo?

Sí, sí, ya sé, me van a contestar: ‘La energía solar, eólica’. Sí, pero ¿cuándo?, ¿dónde están los proyectos?

¿Ustedes saben que es tan fuerte la manipulación en los medios que llega a confundir a obnubilar hasta a las empresas más potentes, incluso en la rama del petróleo?

¿Por qué compramos nosotros la refinería de Deer Park tan barata, 600 millones de dólares?

Porque hubo toda una campaña mundial muy vinculada con los especuladores, que ese es otro tema a tratar a fondo. Las naciones no progresan si no producen, y últimamente se ha venido instalando el método de obtener dinero sin producir, sólo con la especulación financiera, no invirtiendo el dinero, sino especulando con el dinero. Y puede funcionar transitoriamente, pero luego se convierte en crisis tremendas.

¿Qué pasó hace dos o tres años cuando compramos Deer Park?

Se creyeron hasta las petroleras que ya no se iba a necesitar el petróleo, que ya no se iba a necesitar las gasolinas, que todos los carros iban a ser eléctricos, y empezaron a poner en venta sus refinerías, a rematarlas.

En ese entonces había como ocho o 10 refinerías en venta en Texas, lo pueden ustedes constatar, hace como tres años. Y así fue. Shell no tenía en venta la de Deer Park, tenía en venta dos, pero no Deer Park, y a nosotros nos interesaba Deer Park. Y le dijimos, porque ya teníamos la mitad, le dijimos: Queremos esta. Pero era para haber comprado tres. A lo mejor no iba a ser fácil por los permisos, porque para comprar una refinería en Estados Unidos se requiere un permiso del Departamento de Estado, otro del Tesoro y otro de la Secretaría de Energía, y nos costó un poco conseguir el permiso. El presidente Biden muy bien se portó para la de Deer Park.

Pero ¿qué pasó? Pues no llegaron así de la noche a la mañana los carros eléctricos, porque eso es un proceso. Claro que se está reconvirtiendo toda la industria automotriz, pero va a llevar tiempo. Y tuvieron que poner luego a producir al 100 por ciento todas las refinerías, porque se fueron los precios del petróleo a las nubes.

Entonces, nosotros no tuvimos problema y garantizamos esto.

Entonces, primero, no se contamina en Cadereyta o la contaminación está abajo de la norma, y eso lo vamos a probar.

Dos, que es muy importante, si compramos la gasolina, nos sale más caro, dejamos de crear empleos en México.

¿Y por qué nos sale caro, a ver?

Nada más de sentido común, imagínense los fletes; porque se habla del precio de la gasolina, pero no se habla de lo cuesta transportarla.

Y tres, la dependencia. No es el caso, porque llevamos muy buenas relaciones con los gobiernos de Estados Unidos, pero imagínense que nosotros dependamos de la gasolina que nos vende Estados Unidos. ¿Y si deciden no vendernos? ¿Cuánto tiempo dura un gobierno de un país independiente, libre, soberano, democrático, con un bloqueo por no tener gasolina? Pues nos ponen de rodillas. No, México es un país independiente, libre, soberano.

Y yo entiendo que hay quienes están viendo nada más el lucro, pero nosotros tenemos que estar pensando en el interés público. Y no es pleito con nadie, ¿eh? Y son dos proyectos distintos, contrapuestos de nación. Y qué bueno que ellos sigan pensando de esa manera y que se sinceren, fuera máscaras, porque eso ayuda mucho.

No saben cuánto dañó la simulación, cuánto retrasó el cambio. Bueno, por la simulación fue el fraude del 2006, y cuánto perdimos, cuántas cosas se hubiesen evitado, cuánto dañó ese fraude, porque la simulación mediatiza.

Cuando hay definiciones es claro. Como decía Juan Álvarez, ‘esta ancheta es muy angosta, no hay ni para dónde hacerse’. Hay que definirse. Eso yo tengo que agradecerlo a los conservadores, a sus intelectuales orgánicos, le agradezco mucho a Castañeda que hable con esa sinceridad, a Aguilar Camín, a los conductores de radio, a López-Dóriga, a Ciro, le agradezco mucho a El Universal.

Le agradezco todavía más al Reforma porque también ellos son los más consecuentes con su pensamiento conservador. En el Reforma no andan con medias tintas, ahí no hay ni un solo periodista que no esté en contra de nosotros; a lo mejor los del taller, los trabajadores, claro que calladitos, esos sí simpatizan, estoy seguro.