Un estudio concluyó que la droga detrás de la peor crisis de salud de la historia reciente de EU, no solo circula en estados fronterizos sino que llegó masivamente a la Ciudad de México. Sputnik habló con expertos para conocer sus opiniones sobre la investigación y la situación del fentanilo en el país.
La investigación, titulada “Primer estudio de control de drogas en un festival electrónico y detección de fentanilo en la región central de México”, prendió instantáneamente las alarmas en la Ciudad de México, al denunciar la presunta extendida presencia de droga adulterada con fentanilo, sustancia 50 veces más letal que la heroína y 100 más que la morfina, y que en los últimos años viene causando estragos en EU, donde alrededor de 150 personas por día mueren por sobredosis de este opiáceo.
De acuerdo al trabajo, publicado en la revista médica estadounidense Harm Reduction Journal el pasado mes de diciembre, la sustancia, que en el territorio mexicano su consumo se consideraba limitado a estados norteños como Baja California, Sonora y Sinaloa, y era mencionada en la agenda pública principalmente debido a los reclamos del gobierno de Joe Biden para que la administración de Andrés López Obrador refuerce su trabajo para frenar el trasiego hacia EU, arrojó que el fentanilo ya estaba presente en las drogas consumidas por los segmentos medios y medios-altos de la principal ciudad del país.
El estudio realizado por cinco científicos mexicanos se basó en el análisis de 51 muestras de drogas que personas entre 22 y 48 años, quienes habían acudido a un festival de música electrónica sin identificar realizado en las afueras de la Ciudad de México en el año 2022. Con las muestras se analizaron los componentes que se encontraban en las sustancias.
Para sorpresa de los científicos, estos descubrieron que la mitad de las muestras de cocaína dieron positivo por fentanilo, y que la misma sustancia altamente letal se encontraba en 14 de las 22 muestras analizadas de la droga sintética MDMA.
“Los resultados muestran que la adulteración de fentanilo ya no es un fenómeno confinado a la frontera norte de México entre personas vulnerables que se inyectan heroína o metanfetamina, sino que ha llegado a los jóvenes que usan psicoestimulantes”, afirmaba el trabajo, cuyas conclusiones saltaron inmediatamente a los titulares de los principales medios mexicanos.
Incrementando el ruido mediático, la noticia llegó en un momento en el que el gobierno mexicano venía desde hace meses incautando cantidades récords de fentanilo y anunciando todas las semanas la destrucción de decenas de laboratorios clandestinos dedicados a producir droga sintética, con el propio presidente Andrés Manuel López Obrador incluyendo un proyecto para castigar severamente la producción y consumo de la sustancia en su paquete de reforma constitucionales anunciado a comienzos del 2024.
“Vamos a actuar con severidad”, dijo el mandatario en una de sus tradicionales conferencias mañaneras a comienzo de febrero al referirse a la iniciativa. “Tenemos que evitar que se incremente el consumo”, añadió.
Sin embargo, el alarmismo de los medios mexicanos vaticinando que la Ciudad de México tendría en poco tiempo las elevadas muertes anuales por sobredosis de fentanilo que se registran en EU encontró resistencia en la opinión de especialistas y funcionarios, que aseguraron que si bien el fentanilo comienza a estar presente entre las drogas que se consumen en la capital y otras grandes ciudades, la situación está lejos de ser tan dramática como la que vive en EU.
Sputnik consultó a tres expertos para saber sus opiniones del estudio en el centro de la polémica, y cuestionarlos sobre qué piensan de la política sobre las drogas que ha llevado adelante el presidente López Obrador y qué otras iniciativas podría impulsar el Estado mexicano para combatir la plaga del fentanilo.
“La situación es preocupante, pero principalmente porque no hay una política de reducción de riesgos”
Para Zara Snapp, directora y cofundadora del Instituto RIA, organización mexicana dedicada a diseñar políticas públicas sobre drogas, las conclusiones publicadas por el Harm Reduction Journal sobre la situación en el país son correctas, aunque eso no significa que los resultados del estudio sean confiables.
“Lo digo porque si 22 de 40 muestras de MDMA tuvieran fentanilo, si 2 de 4 muestras de cocaína tuvieran fentanilo, en un festival de decenas de miles de personas, hubiésemos visto una crisis de salud en el lugar, reacciones negativas, sobredosis, hasta muertes, que afortunadamente no sucedieron”, dijo a Sputnik la especialista.
La desconfianza, explica, “es porque para hacer estos análisis, se usaron tiras reactivas que se utilizan para detectar fentanilo en la orina, y ellos [los investigadores que realizaron el estudio] explicaron que lo hicieron mezclando la droga con un poco de agua, lo que puede explicar tantos positivos, que en realidad serían falsos positivos”.
De todas maneras, apunta Snapp, la situación en México y en la Ciudad de México es “preocupante”, aunque no tanto por la circulación de fentanilo, sino porque, en su opinión, no existen suficientes políticas de reducción de riesgos y daños.
“Sin duda, algo que [las autoridades] podrían hacer es liberar la naloxona. No es una sustancia que se utiliza de forma recreativa ni de uso personal, sino que es una herramienta para los que responden a emergencias, para familias que tienen personas que usan drogas a su alrededor. Sirve para administrar en personas que hayan tenido una reacción negativa por el consumo de opioides y revierte sus efectos. Todos deberíamos estar capacitados en cómo administrar naloxona porque es algo muy necesario para salvar vidas”, aseguró.
“Lo importante del estudio es que alerta sobre la falta de capacidad ante intoxicaciones de fentanilo”
Silvia Cruz Martín del Campo, investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados) y una de las científicas encargadas de realizar el estudio de la discordia, le dijo a Sputnik que la intención al realizar el trabajo no era probar la presencia de fentanilo [en la Ciudad de México] sino “alertar de la falta de capacidad de reacción en festivales frente a posibles intoxicaciones con diversos adulterantes”.
Además, señala, el estudio “no se hizo en la Ciudad de México, sino en un lugar cercano. Como decimos en el artículo, los datos no son representativos [de las drogas que circulan en la capital] porque sólo son de una localidad y un evento y, tampoco sabemos donde se adquirieron las sustancias”.
En ese sentido, Cruz Martín Del Campo asegura que pese a los titulares en la prensa local sobre la Ciudad de México estando tomada por el fentanilo, el estudio no confirma taxativamente la presencia del fentanilo en la capital porque no se encargaron de establecer la procedencias de las muestras que se analizaron.
“Los resultados y limitaciones del estudio están claramente indicados en el artículo revisado por pares”, se defiende la autora, quien sin embargo le dice a Sputnik que la principal conclusión que debe sacarse es que la naloxona “debe estar disponible en cualquier lugar donde se sospeche que puede haber sobredosis de opioides, algo que ahora no sucede”.
“Los datos señalan que el consumo del fentanilo crece, pero el Gobierno está encargándose del tema”
Por su parte, Hugo González Cantú , jefe de servicios de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, (CONASAMA) y especialista en adicciones, admitió a Sputnik el aumento de mortalidad vinculada al consumo de fentanilo y el crecimiento del número de personas que buscaron tratamiento por esa adicción, aunque señaló que la sustancia todavía sigue estando limitada principalmente a los estados norteños.
“El Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias en efecto nos marca esa tendencia [de 184 pacientes que buscaron tratamiento en el 2021 a 318 en el 2022), aunque las muertes están focalizadas en las ciudades fronterizas con EU, donde el problema realmente se ha convertido en una tragedia. Es decir, en México, el drama del fentanilo está concentrado en Baja California, Sonora y Sinaloa, tres estados que hasta ahora tienen mayor prevalencia de consumo, más demanda de atención y mayores reportes de sobredosis por fentanilo”, explica.
El funcionario reconoce que los casos también han aumentado en varios otros estados mexicanos, pero afirma que el gobierno federal y las administraciones locales también han reforzado las acciones para contener la situación, y precisa que la investigación que el presidente López Obrador ha ordenado sobre el consumo de fentanilo en México, que realiza la propia CONASAMA, se dará a conocer en el próximo mes de mayo, lo que brindará un mejor panorama para poder seguir trabajando en combatir el problema.
Además, González Cantú asegura que la situación de México con respecto al consumo del fentanilo y otros opiáceos “jamás” podría alcanzar la severidad de la que se registra en EU.
En Estados Unideos, recuerda, la crisis de salud desatada por el fentanilo empezó con la venta legal de opioides para cualquier tipo de dolor, una práctica que incluso adoptaron los propios hospitales con medicamentos como el OxyContin.
“Los estadounidenses se engancharon a eso, provocando la explosión de la venta de opioides falsificados con fentanilo, altamente letales. Entonces la historia de cómo se generó esta pandemia en Estados Unidos es muy diferente a lo que sucede en México, donde la población no tiene acceso a opioides, aunque los necesite”, explica.
Si bien en México sigue habiendo problemas en relación al consumo de sustancias, siendo las más tradicionales el alcohol, la cocaína y la cannabis, el experto asegura que es preocupante el crecimiento de la producción de metanfetamina, “pero debe descartarse por el momento una crisis [de salud] por el fentanilo en México como ocurre en EU”.