A nueve años de crearse oficialmente el “Código Infarto” en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Cardiología No. 34 “Dr. Alfonso J. Treviño Treviño”, en Nuevo León, ha reducido los índices de mortalidad por este padecimiento de 50 a 7 por ciento en su población derechohabiente.
El “Código Infarto” consiste en otorgar atención las 24 horas del día, los 365 días del año, con participación de cientos de médicos de los tres niveles de atención del IMSS en Nuevo León, con el fin de atender inmediatamente a pacientes con infarto de miocardio y riesgo de paro cardiaco.
Desde 1996, cuando la estrategia era llamada “Angioplastia Primaria”, la capacidad de respuesta aumentó de 90 a mil intervenciones anuales, mientras que los días de estancia hospitalaria para los pacientes bajaron de 15 días a tan sólo cinco o seis días.
Los cinco grandes pasos para que la aplicación del protocolo tenga mayor probabilidad de éxito son: identificar, acudir, activar, valorar e intervenir.
Los tiempos de atención para las personas que están en riesgo de un paro cardiaco por obstrucción del flujo sanguíneo hacia el corazón, debido a la presencia de un coágulo en una arteria coronaria, se redujeron a menos de dos horas.
Además, existe un 93 por ciento de probabilidad de salvar la vida a los derechohabientes que solicitan de inmediato la atención médica.
El coordinador de “Código Infarto” dijo que en estos casos la rápida atención es determinante ante un infarto de miocardio, ya que el riesgo de muerte es de un cinco por ciento si se actúa en menos de cuatro horas, un 10 por ciento si se atiende en menos de seis horas, pero aumenta a un 60 o 70 por ciento después de las 12 horas.
Entre las personas a quienes “Código Infarto” les ha salvado la vida se encuentra don Salomón, quien presentó síntomas de un infarto de miocardio mientras conducía rumbo a su casa: taquicardia, falta de aire, sudoración y un dolor en el pecho progresivamente agudo.
El paciente, de 68 años, fue trasladado por su hija al Hospital General de Zona (HGZ) No. 4, del IMSS en Guadalupe, donde los médicos activaron el “Código Infarto” y le dieron la primera atención.
Tras recibir el aviso y la confirmación de que se trataba de un infarto, el equipo médico de la UMAE No. 34 preparó rápidamente al personal y al equipo para recibir al paciente.
En la Sala de Hemodinamia de este hospital se procedió a realizar una intervención coronaria percutánea (ICP), que consiste en la introducción de un catéter (sonda delgada y flexible) desde las arterias de la ingle o la pierna, hasta la arteria coronaria obstruida.
Por encima de la guía se pasa un stent, es decir, una pequeña malla metálica montada sobre un balón o globo con un diámetro de uno a tres milímetros.
Al llegar al punto de obstrucción, observado por medio de contraste, el baloncito balón se infla para abrir la arteria, liberarla del coágulo y recuperar el flujo sanguíneo hacia el corazón. El sent se deja en las paredes de la arteria para evitar que ésta vuelva a cerrarse u obstruirse. Esta técnica es llamada Angioplastia Coronaria.
Este procedimiento se practicó a don Salomón en 15 minutos, que, sumados al traslado, a la atención en el HGZ No. 4, y posteriormente a su llegada a la UMAE No. 34, dio un tiempo aproximado de atención de una hora.
Después, el paciente ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la UMAE No. 34, luego estuvo en hospitalización para después regresar a casa con su familia siguiendo recomendaciones médicas.
Don Salomón concluyó su rehabilitación cardiaca y continúa bajo supervisión médica en los tres niveles de atención del IMSS. El paciente dijo sentirse bien y muy feliz por tener una segunda oportunidad de vida.
“Tengo lo suficiente para ser feliz, ahora quiero disfrutar a mi familia que la sacrifiqué mucho por el trabajo de músico”, expresó.
En la actualidad, la UMAE No. 34, ofrece la atención especializada a un promedio de tres derechohabientes por día, principalmente de Nuevo León, pero también de Coahuila, Tamaulipas y San Luis Potosí.
El IMSS alerta a la población sobre los principales factores de riesgo para sufrir un infarto o paro cardiaco: las enfermedades crónico-degenerativas como diabetes mellitus e hipertensión arterial, los malos hábitos alimenticios, así como la obesidad, el tabaquismo y el estrés.
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