Montevideo (Mesa Américas).- La eventual elección de la primera presidenta en la historia de México genera altas expectativas en una nación marcada por el machismo, y constituye un hito en la lucha histórica por los derechos humanos y políticos de las mujeres.
“Yo pensaba que no iba a poder ver en vida ese cambio en México”, dijo a la Agencia Sputnik la historiadora Indra Labardini, profesora en la Universidad del Mar, en el sureño estado de Oaxaca, ante el duelo entre la candidata oficialista Claudia Sheinbaum y la senadora Xóchitl Gálvez por la primera magistratura.
Impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum parte como la favorita en los sondeos de intención de voto para liderar el próximo sexenio, aunque Gálvez le planta cara con el respaldo fundamental de la derecha mexicana.
Definida como una mujer de temple y disciplina, y el aval de haber sido jefa de gobierno de Ciudad de México, Sheinbaum propone una continuidad a la gestión de López Obrador con el partido Morena, y la promesa de saldar ciertas deudas de la actual administración, sobre todo en la lucha contra la violencia de género.
“Persisten las altas cifras de feminicidios, hay alertas por violencia de género, y cuestionamientos a un gobierno progresista del que se esperaban acciones y resultados más contundentes ante ciertas demandas sociales”, señaló Labardini.
A su vez, varios analistas coinciden en que, amén de sus méritos, en la elección de Gálvez pesó su confrontación a López Obrador, que la posicionó como una ciudadana capaz de increpar al presidente.
“También escogen una mujer que tiene ciertos elementos que buscaron que se identificara con cierta parte de la sociedad, al rescatar sus raíces indígenas y el esfuerzo que tuvo que hacer para salir adelante en sus estudios. Pero, al final, representa a los intereses de la derecha en México”, comentó Labardini.
VISIBILIZAR LOS AVANCES
Para la activista y consultora Edurne Ochoa, el eventual triunfo electoral de una mujer en México es un hecho histórico, el fruto de una lucha iniciada por las primeras sufraguistas, a inicios del siglo XX.
“A las mexicanas nadie nos ha regalado nada, todos los derechos los hemos tenido que conquistar”, aseguró Ochoa a la Agencia Sputnik, en un diálogo en el que reivindicó el término “presidenta”, para comunicar de manera precisa la figura que está por romper un ancestral techo de cristal en México.
Presidenta de la agencia 33 Mujeres A.C, especializada en trabajar por los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres en México, Ochoa rechaza que el feminismo sea una mera moda, y destacó los múltiples avances en derechos políticos y electorales conseguidos gracias a esta lucha.
Respecto a la carrera de Sheinbaum o Gálvez por la Presidencia, Ochoa valora la fuerte carga simbólica del resultado, que demostrará no solo que una mujer puede llevar las riendas de un país, sino que permitirá resignificar el papel de hombres y mujeres en la vida pública, e invitará a deconstruir una sociedad machista.
RETOS PARA QUIEN GANE
Quien gane los comicios del próximo 2 de junio, sea hombre o mujer, enfrentará un contexto nacional altamente complejo por la violencia, el crimen organizado, los altos niveles de corrupción, pero una presidenta tendrá que lidiar con desafíos que trascienden las circunstancias económicas y sociales de México.
“Un gran reto será vencer las dudas sobre sus capacidades: a los hombres nunca se les ha cuestionado si pueden ejercer el poder. Quien gane tendrá muchos ojos encima, porque a las mujeres se nos juzga más”, alertó Ochoa.
A su vez, Labardini ve con interés el hecho de que una mujer será Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
“El Ejército ha sido un espacio de la administración pública federal en donde el acceso de las mujeres a cargos de altos, en los mandos medios y superiores ha sido muy difícil. Habrá que ver a quién nombran como secretario de Defensa, y cómo mantiene posicionado al Ejército durante su sexenio, con tareas de orden civil”, comentó.
La doctora Georgina Yemara López, especialista en materia electoral, coincide en que la mandataria que resulte electa se enfrentará a una fuerte violencia simbólica.
“Recibirá comentarios sexistas, discriminatorios, violencia simbólica hacia su persona, hacia su forma de ser, de expresarse, de conducirse, del rol por ejemplo que jugará su pareja y, sobre todo en el caso de Claudia, se le cuestionará si sigue bajo la gran sombra de López Obrador”, consideró la integrante de la Red de Politólogas #NosinMujeres.
De hecho, López consideró que a México le tomó tanto tiempo tener una presidenta en parte por el machismo, y en parte por la cultura partidaria, que limita la presencia de las mujeres en la élite política.
No obstante, hay ciertas razones para el optimismo. De hecho, Ochoa ve el actual proceso con mucho ánimo, pues percibe en el electorado cada vez más jóvenes que han entendido que hombres y mujeres tienen la misma capacidad.
“Muchos apostaremos porque les vaya muy bien y que propicien avances en derechos humanos, en justicia con perspectiva de género, en que las leyes no sean letra muerta… Esto confirmará que México está listo para que lo gobierne una mujer, y lo haga para todos, incluyendo los hombres. Nos da la esperanza en cambiar el rumbo del país”, afirmó.
Fuente: Spunik
Foto: Tomada de https://www.umar.mx/