Las voces de los republicanos que ponen sobre la mesa el envío de las Fuerzas Armadas de EU a México para combatir el crimen organizado se han multiplicado y han hecho eco en miles de ciudadanos afines al partido, quienes incluso coquetean con la opción de intervenir militarmente el territorio mexicano con o sin su consentimiento.
La política Nikki Haley, quien fue embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas durante el Gobierno de Donald Trump, además de pretender llegar de nuevo a la Casa Blanca con el Partido Republicano, a menudo promete emprender operaciones militares especiales “para eliminar a los cárteles en México”.
Y en septiembre pasado, durante un evento en New Hampshire, incluso amagó con hacer esto de forma totalmente unilateral. “Si México no lo va a hacer, lo haremos nosotros”, sentenció ante una multitud que aplaudió su idea.
Ella es tan solo una de los militantes republicanos que han tomado como estandarte de campaña la idea de enviar fuerzas armadas a los territorios fronterizos entre México y EU, como parte de un estrategia para combatir el trasiego de fentanilo, una droga que preocupa a las autoridades norteamericanas por los altos índices de mortalidad derivadas de su consumo.
Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) estiman que en 2021 casi 70.000 personas fallecieron por sobredosis, lo cual significa un incremento de casi cuatro veces en cinco años.
Aunque las propuestas de catalogar a los grupos del crimen organizado como células terroristas y la opción de mandar tropas a territorio mexicano comenzaron por motivación de líderes y gobernadores de estados de la frontera sur estadounidense, como Texas, lo cierto es que el discurso ya ha trascendido la línea fronteriza y, de acuerdo con el diario The New York Times, republicanos en Iowa y Carolina del Sur también han impulsado la propuesta de mandar militares a México, incluso sin el permiso del país. ¿Existen posibilidades de que estos amagos se materialicen?
El doctor en relaciones internacionales Eduardo Rosales, egresado de la Atlantic International University, recordó en entrevista con Sputnik que durante la presidencia de Trump hubo amagos similares; sin embargo, explicó, tomar una medida de esa envergadura no solo depende de los gobernantes, sino también de sus asesores, su gabinete y el Congreso.
Asimismo, el también académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) apuntó que el escenario de una injerencia militar entre ambos países norteamericanos es poco probable y, de concretarse, tendría graves consecuencias tanto políticas como económicas, pues ambas naciones tienen una “interdependencia” comercial.
De acuerdo con datos del Gobierno de México, el comercio total entre ambas naciones alcanzó los 396.600 millones de dólares entre enero y junio de este año.
“Sería un disparate, un despropósito que acabaría por arruinar una relación en la que, no hay que perderlo de vista, existe una relación de interdependencia”, aseveró.
El analista sentenció que una intervención en México sería incluso “contraproducente” para EU y recordó que para enviar Fuerzas Armadas del país angloparlante a territorio mexicano tendría que hacerse por medio del Pentágono, que “tiene una serie de limitaciones” y “sería cruzar una línea roja” incluso en materia legal.
De acuerdo con el maestro en estudios México-Estados Unidos Juan Daniel Garay Saldaña, es muy improbable que los amagos espetados por algunos republicanos lleguen a hacerse realidad; sin embargo, asegura, es preocupante que el discurso antimexicano y antimigrante siga en aumento.
“Por el momento luce un panorama difícil de materializarse, pero las expresiones van en aumento, lo mismo que las leyes, las medidas y las propuestas y eso es lo preocupante: que pudiera materializarse en un futuro, pero no a corto o mediano plazo, aunque a largo plazo podría ser”.
“Una posición que va a ir creciendo”
Rosales señaló que al hablar de una posible intervención a México en nombre de la seguridad y la lucha contra el crimen organizado, los republicanos buscan acercarse a su base dura, rumbo al proceso electoral del próximo año.
“Es una posición que va a ir en crecimiento y que, además, está siendo exacerbada por políticos, gobernadores y líderes republicanos. Ellos se han dado cuenta de que utilizar el discurso antimexicano es muy redituable electoralmente y por eso los van a seguir incrementando”, advirtió.
Para Garay Saldaña el discurso republicano es, sobre todo, electoral y con él estos políticos buscan atraer a la ciudadanía que está inconforme con el Gobierno actual del presidente Joe Biden y que ven como una amenaza el fenómeno migratorio.
¿Y México?
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha señalado en diversas ocasiones que Estados Unidos culpa de manera injustificada e hipócrita al país latinoamericano por la entrada de fentanilo, incluso cuando la sustancia también les llega por Canadá desde Asia.
Asimismo, el mandatario mexicano ha aseverado que el discurso y las propuestas republicanas se tratan de “politiquería”.
“La defensa de México es correcta, e independientemente de que el presidente señale que es ´politiquería’, también se ha dado respuesta a las expresiones de México y me parece que el país no debe quedarse callado ya ante estas ofensas. Y el presidente lo ha hecho bien en ese aspecto”, indicó Garay Saldaña.
Por su parte, Rosales aseveró el Gobierno de México no ha trazado una línea de ruta en el combate al crimen organizado. “Se ha quedado a deber”, concluyó.
Fuente:https://sputniknews.lat/
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