Los gandallas
Aprovechan las épocas de crisis. Se sirven con la cuchara grande. La camarilla de los subordinados tapa cada una de sus tropelías.
Desde la crisis hídrica de hace un par de años, la empresa paraestatal decentralizada ha aumentado 24 ocasiones la cuota. Cada mes los recibos muestran ese incremento. Su directos Ignacio Barragán es voraz, como también lo es su patrón, Samuel García Sepúlveda.
Ahora cuando el agua no es útil para consumo humano. Ducharse, lavar la loza y tal vez, con el riesgo de enfermar, tallar los dientes.
Barragán y García deben detener los incrementos. Resolver la potabilización de toda el área metropolitana. Iniciar el trabajo de drenaje profundo en las zonas donde se desbordan las aguas negras.
Desde los nuevos fraccionamientos. Incluir los estudios de factibilidad de servicios primarios sin importar el color de los alcaldes. El asunto de las alcantarillas sobresaturadas de excremento es asunto de salud pública.
Dar marcha atrás también a las alzas suntuosas en los barrios populares. Toda la zona metropolitana ha sido saqueada desde los bolsillos Las tiendas de conveniencia curiosamente incrementaron sus ventas de agua en más de un mil por ciento.
Negocio tan redondo para quienes tienen las concesiones de usos de pozos. Para la producción de cerveza, refrescos y ahora garrafas de agua.
24 alzas seguidas. Ya está por llegar la número 25 en el talón por pagar para el mes de agosto. Por solidaridad, por austeridad y por vergüenza, Barragán debe ser cesado de funciones. No darle el privilegio de renunciar.
Auditar toda la gestión de quien primero secó las presas. Del criminal de cuello blanco con patente de corsario.