Montevideo (Mesa Américas).- Solo unos gramos del milenario asteroide Bennu alcanzaron para que el cuerpo celeste esté dejando ya un impacto en la Tierra, y con nuevas tecnologías su aporte será increíble en el futuro, dijo a la Agencia Sputnik el ingeniero principal de desarrollo de tecnología de la misión OSIRIS-REx de la NASA, Salvador Martínez.
“Desde la nave espacial visitando el asteroide Bennu, tomando las muestras, regresando a la Tierra y ahora que estamos desmontando el recolector y poniendo el material en la mano de los científicos, esta misión está llena de logros increíbles”, dijo Martínez en una entrevista con esta agencia.
NASA's OSIRIS-REx spacecraft successfully landed on asteroid Bennu in 2020, collecting the first samples of an asteroid ever returned to Earth!
— Facts (@lifefacts108) October 13, 2023
The analysis shows that Bennu is rich in both water & carbon-containing compounds.
Watch the historic landing.#NASA #OSIRISREx pic.twitter.com/24OrnxmfWv
El nombre del equipo científico a cargo de la misión es un acrónimo de Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos, Seguridad-Exploración de Regolitos, cuyo objetivo era recolectar al menos 60 gramos de material de Bennu, un asteroide de unos 4.500 millones de años de antigüedad y 500 metros de diámetro, pero logró recoger unos 250 gramos.
La muestra incluye rocas, suelo y polvo de Bennu, recogidas en octubre de 2020 tras un viaje de cuatro años.
Martínez, un ingeniero mecánico formado en el estado de Texas (EU, sur), es hijo de padres mexicanos y llegó al equipo de Bennu hace 18 meses, cuando la misión buscaba a expertos en su sector.
Su equipo, compuesto además por los ingenieros Neftalí Hernández y Gabriel Lugo, se encarga de desmontar el recolector de las muestras, algo que se ha convertido en todo un desafío.
“El procedimiento para desmontar el recolector es bien complicado, hay que practicar, practicar, practicar (…) es un trabajo bien duro, pero aquí la estamos llevando, es una emoción que siento ahorita que no se puede poner en palabras”, dijo Martínez.
El científico contó que en los meses previos a la llegada de la muestra a la Tierra, el 24 de septiembre en el desierto de Utah (EU, centro) tras ser lanzada desde la atmósfera por la sonda espacial, su equipo y los científicos ensayaron incontables veces y maneras de abrir el recolector y recuperar las muestras.
Y ese trabajo aún no ha terminado, “el recolector está muy grande y complicado”, comentó.
PEQUEÑA PARTE DEL UNIVERSO
Aunque Bennu es catalogado como un asteroide peligroso para la Tierra, con posibilidades de que choque con el planeta en el año 2182 o 2700, dependiendo de los estudios, lo que ya se está analizando podría causar un gran impacto en el conocimiento científico.
Pese a que la mayor parte de la muestra está aún dentro del recolector, el material hallado fuera de la cápsula contiene niveles de 4,7 por ciento de carbono y agua, componentes básicos para la vida, dijo la NASA esta semana.
Es el nivel más alto medido en un meteorito o en material del espacio exterior traído a la Tierra hasta el momento, añadió la agencia espacial durante la presentación de los primeros resultados.
“Bennu nos puede decir tanto de nuestro universo y potencialmente del origen de la vida. Estamos muy emocionados porque es algo que no se ha hecho, es un sueño para nosotros”, afirmó Martínez.
Añadió que en esta etapa se estudiará una pequeña muestra del material entre varias agencias, pero en el futuro las nuevas tecnologías podrán hallar muchos elementos tal vez desconocidos.
“Los científicos pueden estudiar por años la muestra encontrando muchas cosas. La mayoría de la muestra la vamos a dejar para el futuro (…) en el futuro con todo nuevo, científicos nuevos, ingenieros nuevos, tecnología nueva, veremos qué nos pueden decir del universo”, dijo Martínez.
Bennu “es una porción (del universo) que tiene 4.500 millones de años y puede decir tanto de nuestro sistema solar, del origen de la vida, es increíble”, añadió.
El asteroide ya ha sido estudiado y los científicos saben su composición, comentó Martínez, por lo que piensan que no hay elementos negativos o dañinos extraterrestres en la muestra que llegó al desierto de Utah.
FUTURO ALENTADOR
En la misión OSIRIS-Rex también participan expertos de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA, por su sigla en inglés) y de la Agencia Espacial Canadiense.
“Cada misión tiene expertos que se juntan, son parte de nuestros equipos científicos y nos pueden dar la ayuda que necesitamos. Para avanzar en la ciencia se necesita gente de todos lados, estamos trabajando en una misión todos juntos y así llegamos al final”, dijo Martínez al ser consultado sobre si en un futuro podría darse una colaboración con Rusia.
Las misiones son difíciles, con años de preparación, pero “hay que tener optimismo”, comentó.
Añadió que ya hay otras misiones planeadas, como la del regreso de las muestras de suelo de Marte, que podría ser en 15 años, y otra para la Luna, a donde EU planea volver con astronautas en unos cinco años.
“Si no es Marte, la próxima misión así podría ser en 20, 30 años y de ahí quién sabe la tecnología que habrá y cómo se ve el mundo y la gente aquí entonces, pero hay que tener el optimismo, si nos dan chances lo hacemos”, afirmó.
Antes de ser parte del proyecto de Bennu, Martínez participaba en el diseño y fabricación de un nuevo traje espacial que permitiera un mejor movimiento a los astronautas.
Pero al pasar el proyecto al ámbito privado, Martínez probó suerte con otra misión de la NASA, un lugar en el que nunca se había imaginado trabajar pese que sabía desde los 10 años que quería ser ingeniero.
“Es un sueño, soy la primera generación aquí en EU, mi familia es de México. Mi papá trabajó bien duro para darnos una vida buena. No se puede poner en palabras lo que sentí cuando me dieron esa chance (entrar a la NASA)”, comentó.