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“Trump tiene la sartén por el mango”: EU presionaría a México para instalar “un muro imaginario”

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Ricardo Pérez

EU casi siempre “tiene la sartén por el mango” en la crisis migratoria que comparte con México. Por ello, la eventual Administración Trump podría presionar al país latinoamericano a jugar el papel de ‘tercer país seguro’ o a aceptar programas polémicos como Quédate en México (‘Remain in Mexico’), coincidieron analistas consultados por Sputnik.

“No hay que subestimar a Trump”, dice en entrevista con Sputnik Eduardo Rosales Herrera, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Para el académico, es muy probable que Trump —que acaba de ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos y regresará otra vez a la Casa Blanca— “exija” al Gobierno mexicano aumentar el número de detenciones de personas migrantes en México e impedir el paso hacia suelo estadounidense. En pocas palabras, que México funja como una segunda Patrulla Fronteriza o un primer filtro para impedir que los migrantes avancen hacia suelo estadounidense.

“El programa Quédate en México permanecerá. México no tiene para dónde moverse. Me da la impresión de que EU obligará al Gobierno de México a destinar más elementos de su Guardia Nacional y de otras corporaciones para detener migrantes indocumentados [desde territorio mexicano]”, observa el analista.

La polémica política conocida como Quédate en México —formalmente llamado Protocolo de Protección Migrante (MPP, por sus siglas en inglés)— fue implementada en la primera Administración Trump (2016-2020) y obligaba a los solicitantes de asilo de algunas nacionalidades de países centroamericanos y sudamericanos a esperar en México la respuesta de las autoridades estadounidenses a sus peticiones de protección.

Unas 68.000 personas fueron devueltas a México bajo esta política, que fue cancelada en junio de 2021, en el Gobierno de Joe Biden.

Trump no se abocará a un muro físico, sino a un muro imaginario en el que México jugará un papel preponderante [para detener los flujos migratorios]”, afirma Rosales Herrera.

Un eje en la política republicana

El republicano basó prácticamente su campaña electoral en las promesas para mejorar la economía para la clase trabajadora de Estados Unidos y en reforzar la seguridad en la frontera con México, ante lo que llama frecuentemente como “una invasión” de migrantes en condición ilegal.

En sus mítines, Trump solía relatar historias detalladas de supuestos crímenes cometidos por personas extranjeras contra ciudadanos estadounidenses e incluso llegó a afirmar —sin pruebas— en el debate con la candidata demócrata Kamala Harris que migrantes de origen haitiano se comían a mascotas como perros y gatos en la localidad de Springfield, en Ohio.

El 13 de julio pasado, el día en el que el expresidente republicano fue herido de bala en una oreja mientras hablaba a una multitud en Butler, Pensilvania, Trump estaba mostrando una gráfica de cómo se habían incrementado los cruces ilegales de personas migrantes en la frontera con México en la Administración Biden. Justo cuando volteó a ver la pantalla que mostraba la gráfica, el joven Thomas Matthew Crooks le disparó a la cara. “La gráfica de inmigración salvó mi vida”, dijo Trump en una entrevista días después del incidente.

De acuerdo con datos de la Oficia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), las detenciones de migrantes por la Patrulla Fronteriza de EU se han desplomado en los últimos 10 meses, al pasar de 301.981, en diciembre de 2023, a 101.790, en septiembre de 2024, es decir, una reducción de más del 66%.

Detenciones de migrantes por la Patrulla Fronteriza de EEUU en la frontera con México

Diciembre (2023)301.981
Enero (2024)176.195
Febrero189.913
Marzo189.359
Abril179.737
Mayo170.716
Junio130.415
Julio104.100
Agosto107.473
Septiembre101.790

La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum dijo recientemente que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca no debe causar preocupación a los mexicanos. “No hay motivo ninguno de preocupación. México siempre sale adelante, somos un país libre, independiente, soberano, y va a haber buena relación con los Estados Unidos, estoy convencida de ello”, dijo la mandataria.

Acuerdo bajo la mesa, ¿necesario?

Para el académico César Soto Morales, analista de asuntos internacionales y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sheinbaum podría usar el tema migratorio como moneda de cambio para eventuales negociaciones con Washington, como la revisión del Tratado de Libre Comercio México-Estados Unidos- Canadá (T-MEC), que tendrá lugar el próximo año, o para evitar intromisiones del gobierno del país norteamericano en cuestiones internas, como la reciente reforma al poder judicial.

Sin embargo, acota el experto, el margen de negociación de México con Estados Unidos es estrecho y es difícil que Sheinbaum exija concesiones comerciales a cambio de endurecer la política migratoria mexicana.

Trump tiene la sartén por el mango. Quien pone las condiciones es el país fuerte, en este caso, Estados Unidos. Y si Estados Unidos dice: ‘si no haces esto, yo voy a subir a aranceles’, México por lo regular es el que reacciona”, apunta Soto Morales.

En todo caso, el país latinoamericano aceptaría desplegar a más elementos de su Guardia Nacional en la frontera con Estados Unidos para contener a las personas migrantes que vienen del sur y el centro del continente, dice. Eso ya sucedió durante el Gobierno de López Obrador (2018-2024).

“[El expresidente mexicano] Andrés Manuel López Obrador endureció SU política de migración y evitó que Donald Trump cumpliera su amenaza de imponer aranceles, digamos que, si se da, se da bajo la mesa, no en la mesa de negociación”, explicó el académico de la FES Aragón.

En junio de 2019, cuando las detenciones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos habían llegado al récord de 144.116, el entonces presidente Trump amenazó a México con imponer aranceles progresivos a sus exportaciones si no colaboraba para detener el flujo migratorio irregular.

El Gobierno de López Obrador desplegó entonces a más de 25.000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera con Chiapas (al sur de México, en la frontera con Guatemala). Con ello, las detenciones de migrantes disminuyeron rápidamente hasta llegar a 52.000 en septiembre de ese mismo año, un logro que Trump presumió el resto de su mandato y que retomó ahora, en los mítines de la recién culminada campaña electoral.

Trump y los republicanos han acusado a la Administración Biden de implementar una política migratoria de “puertas abiertas” que ha permitido el ingreso de miles de personas y ha generado caos e inseguridad en la frontera y en el interior del país. A final de cuentas, cuando Trump dejó la Presidencia de EEUU en enero de 2021, las detenciones en la frontera sur estadounidense eran de alrededor de 78.000.

La cifra comenzó a subir rápidamente en la Administración Biden –que, además, anuló el programa Quédate en México y se negó a seguir con la construcción del muro fronterizo, uno de los ejes de la política migratoria de Trump— hasta llegar a la cifra récord de 301.981 en diciembre de 2023.

Solución de fondo

Rosales Herrera sostiene que el Gobierno de México no debería subestimar a Donald Trump, por lo que debe tomar medidas de fondo para resolver la migración irregular, que lleva más de un siglo representado un problema para Washington y para México.

“Hay que hacer un ejercicio de introspección. Francamente, [la implementada por EU] ha sido una política migratoria de bandazos, de corto plazo, una política sexenal, no una política de Estado. Ha sido una política que atiende los objetivos de la administración en turno”, señala el experto.

De acuerdo con el investigador, México necesitar establecer una Secretaría de Fronteras y una Secretaría de Migración que cuenten con toda una infraestructura normativa, administrativa y con los recursos humanos suficientes para poder gestionar el fenómeno migratorio.

Con esas dos nuevas dependencias del gobierno federal, dice, podría combatirse desde otro flanco al tráfico de personas y al crimen organizado, ya que actualmente las instituciones migratorias mexicanas están “totalmente rebasadas”.

“[Las autoridades mexicanas y estadounidenses] no tienen por qué cerrar los ojos. Son decisiones de Estado que se tienen que tomar; no solo se debe pensar en la rentabilidad electoral”, afirmó.

El 5 de noviembre, el mismo día de la elección presidencial en Estados Unidos, cientos de miles de migrantes salieron en dos caravanas de las ciudades mexicanas de Tapachula y de Tuxtla Gutiérrez, en el estado de Chiapas (fronterizo con Guatemala), con la intención de llegar a Estados Unidos.

Integradas por familias enteras, jóvenes, mujeres y niños, las caravanas avanzaron por las carreteras de Chiapas como un duro recordatorio de que, lejos de resolverse, el fenómeno migratorio en México podría complejizarse en los próximos meses.

Fuente: https://noticiaslatam.lat/

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