San Pedro Garza García.- En la actualidad, la educación diferenciada se ha convertido en una prioridad: los docentes de todos los niveles de la instrucción cambian y adaptan sus prácticas pedagógicas debido a la complejidad del estudiante y la diversidad que lo conforma, señaló Ana Lucía Terrones López, recién egresada de la Licenciatura en Psicología de la Universidad de Monterrey.
“Es parte de la educación inclusiva para atender a los alumnos con diferentes necesidades emocionales, conductuales, cognitivas, sensoriales. Es para garantizar su derecho a la educación. Y en esto, el rol del maestro es muy importante, desde saber detectar las señales de las necesidades hasta atenderlas en el proceso de enseñanza-aprendizaje”, agregó.
Sin embargo, existe un problema: en México hay pocos o nulos instrumentos disponibles para medir las actitudes de maestras y maestros acerca de la educación diferenciada. Tener más herramientas así ayudaría a crear conciencia y diseñar estrategias para que dicha instrucción sea una realidad más generalizada en las aulas del país.
Ante dicho panorama, Ana Lucía y sus compañeras de profesión Eugenia Pérez Sandi Treviño, Mónica Cano Moreno, Priscila Castro Carvajal, Rebeca Acevedo Adame y Romelia Elizondo Gutiérrez desarrollaron un Proyecto de Evaluación Final que contribuye a solucionar esta carencia.
Específicamente, realizaron la validación preliminar en México de la versión en español del Teachers’ Attitudes Towards Differentiated Instruction Scale (TAT-DIS), herramienta de origen alemán que mide las mencionadas actitudes.
“Sucede esto: una prueba desarrollada en otro país y validada en esa cultura solo sirve para aplicarse en su población. Si queremos sacarla y aplicarla en México, tenemos que validarla, o sea, asegurarnos de que las traducciones y los cambios culturales no afecten el que la prueba realmente mida lo que debe medir”, explicó Rebeca.
Su investigación no partió de cero: anteriormente, otro equipo de la UDEM desarrolló un Proyecto de Evaluación Final en el que tradujo el TAT-DIS al español y lo aplicó a 30 docentes. Ahora era necesario que la muestra creciera para comenzar la validación.
“Logramos que 130 maestras y maestros del área metropolitana, de escuelas públicas y privadas, completaran la prueba”, dijo Romelia. “La aplicamos a maestros de primaria, secundaria y preparatoria”.
“Todavía no es un número estadísticamente significativo para llegar a la validación, pero es un paso en la dirección correcta porque empezamos a ver resultados muy parecidos a los que obtuvieron en Alemania y otros países donde hicieron la validación como China y Arabia Saudita”, complementó Mónica.
Por ejemplo, los resultados enseñan que las personas que cuentan con más experiencia docente presentan una actitud más positiva hacia la instrucción diferenciada. Lo mismo pasa con las y los maestros que trabajan más con personas que viven con alguna discapacidad. Ahora otros investigadores podrán tomar este proyecto como punto de partida.
Eugenia, quien egresó de la Licenciatura en Psicología Clínica, indicó que este trabajo inspiró su mejor versión como profesionista: “la UDEM nos creó la sensibilidad de detectar las necesidades de nuestro entorno, de analizar qué variables afectan a la comunidad y elaborar soluciones para abordarlas”.
PSICOLOGÍA CON BASE HUMANISTA
Los programas de Psicología y Psicología Clínica de la UDEM son complementarios y tienen un fundamento en la persona y su bienestar, señaló Carolina Pérez Rojas, directora de ambas ofertas educativas.
Por ejemplo, las y los egresados de la Licenciatura en Psicología obtienen herramientas para desarrollar intervenciones basadas en la evidencia científica con vistas a resolver problemáticas sociales de la salud integral, dijo.
Ello significa que pueden desarrollarse en un campo muy amplio que abarca áreas tan diversas como la neuropsicología, psicología clínica, educativa, social u organizacional.
En cambio, el campo de las y los psicólogos clínicos es más específico: cuentan con las competencias para poder evaluar, diagnosticar, tratar o incluso prevenir diferentes malestares a partir de métodos y técnicas propias de la disciplina.
Estos profesionales cuentan con el conocimiento de diferentes corrientes teóricas y evidencia empírica, buscando el bienestar mental y psicológico de las personas en todas las etapas de su vida, desde la infancia hasta la adolescencia y la adultez.
Dicha oferta se une a otras del área de la salud mental, como la Licenciatura en Psicología Organizacional. Todos estos programas brindan oportunidades de formación científica al estudiante por medio del semillero de investigación, el desarrollo de Proyectos de Evaluación Final como el de las estudiantes y la oportunidad de ganar créditos por ser asistentes de estudios, dijo Pérez Rojas.
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