lunes, 25 noviembre 2024
19.2 C
Monterrey

Javier Milei, de irrumpir en la política argentina a favorito a la Presidencia 

Últimas Noticias

Dos años de carrera política, seis de histriónicas apariciones en televisión y promesas rupturistas como “quemar el Banco Central”: la receta del éxito de Javier Milei responde tanto al hombre como a sus circunstancias. ¿Cómo el economista de 52 años logró vencer a las dos coaliciones tradicionales de la política sin estructura partidaria?

Cuando la polarización que signó a la política argentina durante 15 años parecía inquebrantable, un tercer actor irrumpió en el tablero para desplazar a los dos gigantes al calor de un discurso rupturista que encarnó como ninguno el desencanto hacia la dirigencia. El vertiginoso ascenso de Javier Milei se explica tanto por su personalidad como por el terreno fértil de una sociedad hastiada.

Formado en el sector privado —pero con pasos por la esfera pública como asesor en el Congreso—, Milei aterrizó en la política en 2021, tras años de pasearse por una infinidad de medios desplegando todo su histrionismo con consignas abiertamente agresivas hacia la dirigencia política. Aquel rasgo constituiría una constante en el desarrollo de su imagen como outsider.

Milei encabeza la boleta de La Libertad Avanza, enfrentando al oficialismo de Unión por la Patria —liderado por el ministro de Economía, Sergio Massa— y a la coalición opositora de Juntos por el Cambio, que lleva como candidata a Patricia Bullrich. El libertario busca ratificar su sorpresivo triunfo en las primarias, cuando obtuvo el primer puesto relegando a ambas coaliciones tradicionales.

“Su figura fue muy bien al tono de una sociedad argentina que claramente quería escuchar a alguien que tuviera una impronta diferente. Milei supo mostrarse como lo nuevo, como un economista que venía a explicar conceptos complejos en el prime time de la televisión“, señala a Sputnik Juan Luis González, periodista y autor de El loco, la biografía no autorizada del candidato.

Pero la construcción del personaje no ocurrió de un día para el otro. Su historia es producto de la conjunción entre los hilos conductores que unen al poder económico y el mediático, el carisma y la lectura atinada de un clima de época.

Nacido en 1970 en el seno de una familia de clase media de la Ciudad de Buenos Aires, Javier Milei es soltero y no tiene hijos, y su entorno más inmediato está prácticamente cerrado sobre su hermana Karina, de gravitante poder decisorio en su partido político y a quien el candidato llama públicamente “el jefe”.

El economista de formación liberal-libertaria, como prefiere definirla, tuvo en su juventud un estrecho vínculo con el deporte: fue arquero de las divisiones juveniles del club de fútbol Chacarita, donde llegó a formar parte de su plantel profesional. Allí recibió su apodo, el Loco, que lo acompaña hasta la actualidad.

En el plano laboral se dedicó fundamentalmente a la actividad privada, si bien tuvo pasos por el sector público. Por caso, fue asesor de Antonio Bussi, exgobernador de la provincia de Tucumán (norte) y quien fue condenado por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983). De hecho, Ricardo Bussi, hijo del exmilitar, es una figura central en el armado de La Libertad Avanza en la región norteña del país.

Durante la década de 1990, Milei formó parte de los equipos técnicos del banco HSBC y de Máxima, una empresa administradora de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP), vigente hasta la estatización del sistema en el año 2008. Sin embargo, el trabajo que resultaría un parteaguas de su carrera llegaría años después.

A mediados de los 2000, el economista aterrizó en Corporación América —firma concesionaria de 35 aeropuertos argentinos—, con llegada directa a su dueño, Eduardo Eurnekián, uno de los magnates más poderosos del país y entonces accionista del canal América TV.

El vínculo con el empresario le abrió las puertas de los medios masivos de comunicación, un espacio extremadamente codiciado por el ahora candidato. “Milei siempre disfrutó de figurar en la pantalla: desde 2013, cuando publicó su primera nota en un portal masivo, buscó constantemente ingresar en los grandes medios. Esto terminó de darse gracias al empuje de Eurnekián”, explica González.

Sin embargo, el periodista remarca que la invitación a participar en el canal América no fue inocente. De acuerdo con González, el cerebro detrás de aquella decisión fue el propio Eurnekián, quien necesitaba presionar públicamente al entonces presidente Mauricio Macri (2015-2019), y encontró en el economista el personaje ideal para aquella tarea.

“El parteaguas de la carrera mediática de Milei se da hacia 2017 gracias al empuje de Eduardo Eurnekián, que estaba en medio de una fuerte confrontación con el Gobierno de Macri, que amenazaba con quitarle la concesión de los aeropuertos. En ese marco, empieza a presionar para llevar a Milei a la pantalla”, dice el investigador.

Lo cierto es que el analista financiero supo cultivar una creciente popularidad gracias a sus llamativas participaciones, donde resaltaba por su elevado tono de voz y el tono confrontativo de sus intervenciones, calificando de “basura corrupta” a la dirigencia política a la que veía como responsable de la adversa situación económica que atravesaba el país. Rápidamente, Milei se transformó en un invitado altamente demandado en el horario central televisivo.

“El respaldo de Eurnekián es una constante en toda su carrera política. De hecho, fue quien le pidió a José Luis Espert [actual diputado nacional liberal] que lo sumara a su frente político. Además, el responsable de reunir financiamiento para la primera campaña de Milei fue Nicolás Posse, entonces gerente en Corporación América, bajo el mando del empresario”, explica González.

El salto a la política llegaría recién en 2020, cuando anunció públicamente que se postularía para la Presidencia en 2023, aun sin contar con un partido político propio. De este modo, en 2021 lanzaría su flamante espacio La Libertad Avanza, por el que sería electo diputado nacional junto con su actual compañera de fórmula, Victoria Villarruel.

Según el autor de El Loco, “Milei nunca tuvo la intención de meterse en política, pese a la insistencia de Eurnekián, pero hacia el año 2020 tuvo un giro profundo y decidió hacerlo, casi concibiendo a esta tarea como una misión”.

La actividad legislativa fue considerablemente exigua: por caso, durante los dos años transcurridos en la Cámara Baja no presentó ningún proyecto de ley propio, y se ausentó en reiteradas fechas de votación. Para González, el objetivo del outsider nunca fue el escaño per se: “Milei concibió a la candidatura del 2021 como un trampolín para la Presidencia y nunca como un fin en sí”.

Posiblemente, ni el más optimista de los libertarios hubiera imaginado que, apenas 24 meses más tarde, el economista libertario que prometía “terminar con la casta política” se impondría en las primarias por sobre el peronismo gobernante y sobre la coalición opositora de Juntos por el Cambio.

Montado sobre propuestas como dolarizar la economía, eliminar de cuajo la obra pública y el déficit fiscal, y privatizar empresas públicas, el libertario encarna el desencanto de la sociedad civil hacia su dirigencia, tras una década de virtual estancamiento económico.

“Milei supo ofrecer un discurso muy acorde al clima de época. Yo no creo que se explique por el enojo: para mí encarna un voto de plena esperanza de la expectativa de un futuro mejor, sobre todo con ideas radicales como la dolarización de la economía, que es su soldadito de batalla contra la inflación”, explica el periodista.

Según González, “la causa estructural principal es el hecho de que el capitalismo genera cada vez más descontento a nivel global, y por eso crecen nuevas derechas como la de [Jair] Bolsonaro, [Donald] Trump o [Giorgia] Meloni. A Milei no le importa moderar su discurso: su identidad es la de romper un esquema y decir lo que le salga, incluso si es contra la Iglesia o el Papa”.

La idea del combate a la casta puede ser matizada. Dentro de los apellidos de mayor peso en La Libertad avanza figura —además del citado Bussi— el de Martín Menem, sobrino del expresidente Carlos Saúl Menem (1989-1999), o el político y sindicalista Luis Barrionuevo, quien desde hace más de cuatro décadas está al frente de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos.

“Aunque gran parte de su equipo provenga de una tradición política, él logra presentarse como algo nuevo, y eso le da un enorme rédito”, considera González, quien destaca la incorporación al partido de dos asesores económicos: Roque Fernández y Carlos Rodríguez, ambos altos funcionarios durante el mandato de Menem en la década de 1990. “Han establecido alianzas con familias tradicionales como Menem o Bussi, lo cual iría contra la idea de la casta“, dice el periodista.

En caso de ser electo, uno de los desafíos más complejos para el economista es el agrandamiento de su joven estructura partidaria. González lo pone en palabras: “La Libertad Avanza tiene el drama de haber crecido muy rápido, en dos años pasaron de nacer a ser un fenómeno distrital, de repente tienen que crecer por todo el país, con mucha gente que va apareciendo sobre la marcha, y eso es complicado”.

“Creo que hasta el resultado de las primarias ninguna figura de La Libertad Avanza se veía ganadora. De hecho, hasta ese momento el equipo era de apenas 50 personas: ahí debieron salir corriendo a buscar gente para ocupar los cargos que requiere el Estado”, remarca el periodista.

Milei cumplirá 53 años el domingo 22 de octubre, la fecha de las elecciones. Ese día podría recibir como regalo nada menos que la victoria que lo lleve a la presidencia.

Fuente:https://sputniknews.lat

eitmedia.mx