Bogotá.- El canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, denunció el miércoles ante el Consejo de Seguridad de la ONU los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la región del Catatumbo, Norte de Santander.
El funcionario habló en Naciones Unidas “con la indignación de quien rechaza sin ambigüedades los crímenes de guerra, los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el ELN y las disidencias del Frente 33 (disidencia de las FARC) en el Catatumbo, los asesinatos de los firmantes de paz. Son inaceptables y los condenamos enérgicamente”.
Murillo dijo que el Gobierno “no descansará” hasta que los responsables de estos hechos de violencia “tan absurdos” contra firmantes del Acuerdo de Paz y contra la población civil, sean entregados a la justicia.
Según la directora de la Agencia de Reincorporación, Alejandra Miller, seis firmantes de paz han sido asesinados y otros once “han sido retenidos” y se desconoce su paradero.
Además, al menos 120 firmantes de paz han sido desplazados junto a sus familias, de acuerdo a la misma funcionaria.
Durante su intervención en Naciones Unidas, Murillo dijo que la violencia en el Catatumbo ha llevado a un incremento en los desplazamientos forzados y agravado la crisis humanitaria, lo que ha obligado al Gobierno a implementar medidas extraordinarias para garantizar la seguridad y el bienestar de las víctimas.
En este contexto, reiteró la exigencia del Ejecutivo colombiano para que el ELN y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarías de Colombia (FARC) cesen las hostilidades y demuestren con hechos verificables su voluntad de alcanzar una solución negociada.
“Hemos suspendido las conversaciones con el ELN porque la paz exige reciprocidad. No se puede dialogar sin muestras claras de compromiso por parte de todos los actores involucrados”, subrayó el funcionario, quien el lunes anunció dejará su cargo para enfocarse en sus aspiraciones presidenciales.
El canciller hizo un llamado a la comunidad internacional para que respalde a las autoridades en su postura firme frente a estos grupos armados ilegales, insistiendo en que la paz en Colombia no será posible sin un esfuerzo conjunto para desarticular la violencia y proteger a la población civil.
La región del Catatumbo, estratégica por su ubicación y recursos, ha sido históricamente escenario de enfrentamientos entre grupos armados ilegales.
Desde la semana pasada, miembros del ELN llegaron a la zona para enfrentarse a integrantes de la disidencia de las FARC.
En esta incursión violenta, al menos 32.000 personas han sido desplazadas, de acuerdo con cifras de la Defensoría del Pueblo.
Por su parte, el subdirector de servicios forenses de Medicina Legal, Carlos Antonio Murillo, dijo a la prensa que hasta el miércoles se habían recibido 41 cuerpos de víctimas fatales debido a los enfrentamientos. (Sputnik)
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