El ambiente político en Nuevo León se ha caldeado con la discusión sobre los juicios políticos en contra del gobernador Samuel García Sepúlveda. Mientras Movimiento Ciudadano califica el proceso como una distracción innecesaria, las bancadas del PAN y PRI insisten en que la ley debe cumplirse y que el mandatario debe rendir cuentas por sus presuntas irregularidades.
El coordinador de Movimiento Ciudadano en el Congreso local, Miguel Flores Serna, minimizó la situación al considerarla un intento de protagonismo político. “Esto no es más que una chiflazón, un espectáculo que no aporta nada al estado. Hay una larga lista de temas pendientes en el Congreso y, en vez de enfocarnos en lo que realmente le importa a la ciudadanía, estamos perdiendo el tiempo con esto”, afirmó el legislador.
Desde el otro frente, la diputada del PRI, Lorena de la Garza Venecia, cuestionó la postura de los legisladores de Morena, quienes han respaldado al gobernador. “La ley es clara y no podemos permitir que se normalice la impunidad. Existen más de 19 sentencias del Tribunal Electoral contra Samuel García por uso indebido de recursos y promoción personalizada durante las elecciones. Nuevo León merece justicia”, declaró.
A su vez, el diputado panista Mauro Guerra Villarreal reprobó el pronunciamiento de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien desestimó el proceso judicial contra el gobernador. “No se trata de si ganó o perdió en una elección, sino de las acciones ilegales que cometió. Decir que no hay delito solo porque no se logró el objetivo es un grave error”, criticó.
Por su parte, la bancada de Morena se desmarcó del conflicto entre el PRIAN y el gobierno estatal, asegurando que su prioridad es destrabar el presupuesto y la designación de un nuevo fiscal. “Nuestro enfoque es consolidar la Cuarta Transformación en Nuevo León y garantizar un presupuesto de bienestar para la gente. No vamos a entrar en este juego de revanchismo político”, declararon los legisladores morenistas.
El choque de posturas en el Congreso local refleja la polarización política en el estado. Mientras algunos insisten en castigar al gobernador, otros buscan dejar atrás el conflicto y enfocarse en resolver los problemas urgentes de Nuevo León. La batalla política sigue abierta y el desenlace de este enfrentamiento aún es incierto.
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