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El peso de las decisiones: entre aranceles y justicia internacional
Las políticas económicas y de seguridad en América del Norte siguen marcando el rumbo de la relación entre Estados Unidos, México y Canadá. A pesar de negociaciones previas, el presidente estadounidense Donald Trump mantiene su postura firme sobre la imposición de aranceles del 25% a productos mexicanos y canadienses. La medida, que parecía haber encontrado un respiro con su suspensión temporal, ha sido reafirmada por el mandatario, quien argumenta que su país ha sido víctima de prácticas comerciales injustas.
En una conferencia en la Casa Blanca, Trump declaró que su gobierno no dará marcha atrás en la implementación de los aranceles. Según sus palabras, Estados Unidos ha sido perjudicado durante años por acuerdos comerciales desfavorables, y es momento de corregir el rumbo. “No culpo a los otros países, culpo a nuestros propios líderes por haberlo permitido”, enfatizó el presidente, dejando claro que el plazo de gracia no se extenderá más allá de lo ya acordado.
Mientras tanto, en un ámbito completamente distinto, el histórico líder del narcotráfico Ismael “Mayo” Zambada busca el apoyo del gobierno mexicano para evitar la pena de muerte en Estados Unidos. A sus 77 años, el capo enfrenta un juicio en Nueva York, donde la legislación contempla dicha pena para ciertos delitos graves. Su defensa, encabezada por el abogado Juan Manuel Delgado González, sostiene que Zambada es también una víctima, al argumentar que su captura fue una privación ilegal de la libertad.
La estrategia de la defensa busca obtener respaldo consular por parte del gobierno mexicano, sin recurrir a una colaboración con la fiscalía estadounidense. Delgado González ha sido enfático en señalar que su cliente no ha ofrecido información en el país vecino ni busca negociar a cambio de un trato más favorable. En este sentido, el caso de Zambada pone a prueba la política exterior de México en términos de protección de sus ciudadanos frente a la justicia extranjera.
Tanto en el ámbito comercial como en el judicial, la postura del gobierno estadounidense está ejerciendo presión sobre sus socios y vecinos. La determinación de Trump con respecto a los aranceles y la situación legal de Zambada son ejemplos de cómo la administración norteamericana maneja con rigor sus intereses, dejando poco margen de maniobra para negociaciones indulgentes.
La historia demuestra que la diplomacia es clave en momentos de tensión internacional. Sin embargo, el actual panorama plantea incertidumbre: ¿podrán México y Canadá encontrar una solución para evitar los aranceles? ¿Logrará el gobierno mexicano ofrecer respaldo a Zambada sin que esto comprometa su relación con Estados Unidos? Estas cuestiones seguirán en el centro del debate político y económico en los próximos meses o mejor dicho semanas, quizás muy próximas.