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Gerardo Ledezma

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Un llamado al diálogo y la corresponsabilidad en la relación México-Estados Unidos

El mensaje que la presidenta Claudia Sheinbaum dirigió este domingo desde el Zócalo de la Ciudad de México no solo fue un discurso de celebración por el levantamiento temporal de los aranceles impuestos por Estados Unidos, sino también un recordatorio contundente de los desafíos que persisten en la relación bilateral entre ambas naciones.

La mandataria destacó que el diálogo ha sido la herramienta clave para alcanzar acuerdos, pero también hizo un llamado firme a Estados Unidos para que asuma su responsabilidad en dos temas críticos: el tráfico de armas y la crisis del fentanilo.

Sheinbaum enfatizó que México y Estados Unidos son naciones en igualdad de circunstancias, y que el respeto mutuo debe ser la base de cualquier acuerdo. Sin embargo, este respeto no puede ser unilateral. Mientras México ha demostrado su compromiso para evitar que el fentanilo llegue a los jóvenes estadounidenses, Estados Unidos no ha hecho lo suficiente para detener el flujo de armas de alto poder que cruzan la frontera y alimentan la violencia del crimen organizado en territorio mexicano.

La presidenta recordó que, por razones humanitarias, México continuará colaborando en la lucha contra el fentanilo, una droga que ha desatado una grave crisis de salud pública en Estados Unidos.

Sin embargo, es imperativo que Estados Unidos reconozca que el problema de las armas ilegales que llegan a México es igualmente urgente.

Según una investigación de la Universidad George Washington, en solo cuatro estados fronterizos con México —Arizona, California, Texas y Nuevo México— existen más de 9,000 establecimientos que venden armas, muchas de las cuales terminan en manos del crimen organizado. Esta situación no solo perpetúa la violencia en México, sino que también socava los esfuerzos de ambos países por construir una frontera segura y próspera.

El levantamiento de los aranceles por un mes más es un respiro, pero no es suficiente. La relación entre México y Estados Unidos debe basarse en la corresponsabilidad y el reconocimiento de que los problemas que enfrentan ambas naciones están interconectados.

No se puede esperar que México combata el tráfico de drogas si Estados Unidos no hace lo propio con el tráfico de armas. Ambos países deben trabajar juntos para abordar estas problemáticas de manera integral, con un enfoque que priorice la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.

El discurso de Sheinbaum fue un llamado a la acción, pero también una reafirmación de la dignidad y soberanía de México. No se trata de una competencia, sino de una colaboración en la que ambas partes deben asumir sus responsabilidades.

Es momento de que Estados Unidos escuche este mensaje y actúe en consecuencia. Solo a través de un diálogo honesto y acciones concretas se podrá construir una relación bilateral que beneficie a ambos pueblos y garantice un futuro más seguro y próspero para las generaciones venideras.

México ha dado un paso al frente. Ahora es el turno de Estados Unidos de hacer lo mismo.