Mientras la emoción por el Mundial 2026 comienza a sentirse, Guadalupe, Nuevo León, empieza a mostrar una transformación que va más allá del fútbol. Con una inversión de 200 millones de pesos, el municipio no solo se prepara para recibir visitantes del mundo entero, sino que busca dejar una huella duradera para quienes viven ahí todos los días.
El alcalde Héctor García dio a conocer una serie de proyectos que, más que adornar la ciudad para un evento internacional, buscan responder a necesidades locales con beneficios que perduren. Una de las principales iniciativas es la rehabilitación de escuelas públicas, con mejoras que impactarán directamente en la vida de niñas, niños y jóvenes del municipio.
La Escuela Primaria Luis Tijerina Almaguer, ubicada en el Fraccionamiento Marte, es una de las beneficiadas. En ella se realizarán trabajos que van desde la renovación de la cancha deportiva, colocación de techado y sistema de iluminación, hasta la construcción de una bodega y una cooperativa escolar. También se reforzará la seguridad del plantel con una nueva barda perimetral de acero.
Pero las acciones no se limitan al ámbito educativo. El municipio contempla la construcción de un paso deprimido en el cruce de las avenidas Arteaga y Chapultepec, una obra que pretende mejorar la movilidad en uno de los puntos más transitados de Guadalupe. Aunque aún no se ha anunciado la fecha oficial de arranque, el alcalde aseguró que el proyecto ya cuenta con los recursos necesarios para comenzar.
Lejos de ser un maquillaje temporal, estas obras buscan consolidar una visión de largo plazo: que el Mundial sirva como catalizador para el desarrollo urbano y social de Guadalupe. Con esto, la ciudad no solo se alista para recibir el balón, sino para correr hacia un mejor futuro para su comunidad.
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