
El programa “Arráncate x Nuevo León” llega con una promesa tentadora: descuentos de hasta 50% en sitios turísticos del estado. Pero más allá de las rebajas inmediatas, esta iniciativa plantea una pregunta fundamental: ¿cómo convertir a los neoleoneses en turistas de su propia tierra?
“Con esta tarjeta no solo queremos ofrecer descuentos, sino crear una nueva cultura turística entre nuestros ciudadanos”, explicó el gobernador Samuel García durante el arranque en Juárez. “Nuevo León es mucho más que industria y trabajo; tenemos cerros espectaculares, cuatro presas, museos de clase mundial y parques que merecen ser descubiertos”.
El mandatario estatal reveló planes ambiciosos: “Esta tarjeta será permanente y la fortaleceremos progresivamente. Queremos llegar a ofrecer acceso gratuito a lugares como la Cola de Caballo o las Grutas de García, especialmente para niños y adultos mayores”. Su visión apunta más allá del 2026: “El Mundial nos dejará infraestructura, pero el verdadero legado debe ser que los neoleoneses valoren su tierra”.
Félix Arratia, alcalde de Juárez, municipio elegido como punta de lanza del programa, destacó el impacto local: “Este proyecto viene a transformar no solo el turismo, sino la calidad de vida de nuestras familias. Agradezco al gobernador por iniciar aquí una iniciativa que nos permite redescubrir la belleza que tenemos”.
El edil juarense, visiblemente emocionado, añadió: “Cada visita a nuestros atractivos naturales es un recordatorio de lo que podemos lograr cuando trabajamos unidos. Programas como este sí hacen la diferencia en la vida cotidiana de la gente”.
Detrás del entusiasmo oficial, sin embargo, persisten desafíos. Los descuentos pierden valor si los caminos a los sitios turísticos siguen siendo precarios o si falta infraestructura básica. La promesa de gratuidad para ciertos grupos deberá acompañarse de mecanismos claros que eviten abusos por parte de los concesionarios.
El éxito de “Arráncate x Nuevo León” no se medirá por las 50,000 tarjetas prometidas para el primer año, sino por su capacidad de crear hábitos permanentes. Cuando un niño de Juárez visite por primera vez las Grutas de Bustamante gracias a este programa, o cuando una familia obrera pueda acceder al Bioparque Estrella sin preocuparse por el costo, entonces habrá valido la pena.
Como bien señaló el gobernador García: “El turismo interno es el mejor termómetro de cómo valoramos lo nuestro”. La tarjeta es solo el primer paso; el verdadero viaje apenas comienza.
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