
Juárez, Nuevo León, comienza a transformarse gracias a un ambicioso proyecto ambiental que busca cambiarle el rostro a la ciudad. Bajo la administración de Félix Arratia Cruz, ya se han sembrado más de 16 mil árboles nativos en distintos puntos del municipio, en lo que representa uno de los mayores esfuerzos recientes por reverdecer el entorno urbano.
La iniciativa, conocida como Bosques Ciudadanos, no sólo persigue embellecer calles y espacios públicos, sino que tiene un objetivo claro: combatir la contaminación del aire y devolverle a la comunidad un entorno más sano y habitable.
Con la colaboración de la asociación Reforestación Extrema A.C. y la coordinación de la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente, encabezada por Hugo Antelmo Quintanilla Serrato, el proyecto ha logrado cubrir parques, camellones, plazas y centros deportivos con especies propias de la región.
Entre las variedades plantadas se encuentran el Anacua, Palo Blanco, Encino, Huizache y Ébano, árboles reconocidos por su resistencia y por adaptarse naturalmente al clima del noreste del país. Al alcanzar su madurez, se estima que estas especies absorberán más de cien toneladas de dióxido de carbono cada año, ayudando a contrarrestar los efectos de la contaminación urbana.
Las zonas beneficiadas van desde avenidas principales como Pablo Livas y la carretera a Reynosa, hasta espacios comunitarios como plazas y unidades deportivas. Para garantizar su supervivencia, las autoridades locales han establecido un esquema de monitoreo y riego constante, adaptado a las necesidades específicas de cada árbol.
Este impulso verde refleja un cambio de visión en la administración municipal: ya no se trata sólo de crecer, sino de hacerlo con responsabilidad ecológica. Y mientras los árboles echan raíces, también lo hace una nueva cultura ambiental entre los juarenses.
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