El coordinador del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira Valdez, acusó al oficialismo de actuar con una peligrosa incoherencia frente a la relación bilateral entre México y Estados Unidos, lo que, a su juicio, está debilitando la posición internacional del país y poniendo en riesgo su estabilidad.
En su columna semanal, el legislador cuestionó duramente la actitud de Morena, especialmente por lo ocurrido el pasado 1 de febrero, cuando legisladores del partido utilizaron la señal oficial de la Cámara para, fuera de sesión, ocupar la tribuna y lanzar mensajes ideológicos de confrontación directa contra el gobierno estadounidense. “El oficialismo actúa sin brújula ni estrategia. Frente al mayor reto internacional desde la Segunda Guerra Mundial, el régimen prefiere el populismo y la arrogancia antes que la diplomacia y el interés nacional”, advirtió Moreira.
Criticó además lo que considera una política exterior errática, movida por prejuicios ideológicos y discursos anticuados, más cercanos a la Guerra Fría que a los desafíos actuales. “Las decisiones en política internacional no pueden tomarse con base en odios personales ni con nostalgia por discursos del pasado”, sentenció.
Moreira también señaló que, a pesar del complejo panorama internacional y económico que enfrenta la presidenta Claudia Sheinbaum, su equipo y partido carecen de experiencia y optan por la confrontación en lugar de fortalecer la relación con el principal socio comercial de México. “No contribuyen, sabotean”, puntualizó.
De acuerdo con el exgobernador de Coahuila, esta falta de visión se refleja en otros frentes como la inseguridad, el aumento de la deuda, la caída en competitividad y el debilitamiento de la diplomacia mexicana. “Los prejuicios e ideas fundacionales del grupo gobernante le impiden actuar de manera eficaz”, afirmó.
Como ejemplo del deterioro en el discurso oficial, Moreira citó la imagen del diputado Roberto Ramos Alor portando una cartulina con mensajes ofensivos hacia el presidente de Estados Unidos, calificándola como un símbolo de la pequeñez con la que el oficialismo interpreta la política exterior. “Ganar una palmada les importa más que poner en riesgo al país”, concluyó.
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