
Ramiro Barreiro
Montevideo (Mesa Américas).- La oficina argentina de la organización Wildlife Conservation Society (WCS) aportó a la Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza (UICN) tres áreas de su océano Atlántico en las que habitan especies amenazadas de tiburones y rayas, que ahora forman parte de una nómina total de 81 puntos estratégicos en donde son necesarias medidas de protección más intensas.
Se trata de una actualización del proyecto ISRA (Áreas Importantes para Tiburones y Rayas, por su sigla en inglés), un Atlas que señala puntos cruciales para la conservación de los condrictios -o peces cartilaginosos-, que por primera vez incluye el área del Océano Atlántico sudoccidental.
Un total de 190 expertos identificaron 81 áreas ISRA, entre ellas, las que reseñaron WCS Argentina junto con la Administración de Parques Nacionales, la Comisión de Investigaciones Científicas de la Universidad Provincial del Sudoeste (CIC-UPS) y otras organizaciones: Mar del Plata-Mar Chiquita (en la provincia de Buenos Aires, este), El Rincón-Patagonia Norte (entre Buenos Aires y Río negro, sureste) y Península San Julián (Santa Cruz, sur).
Allí habitan especies amenazadas como los tiburones cazón, escalandrún, bacota, gatuzo, gatopardo, la raya marrón y el pez ángel espinoso. En el Mar Argentino hay 105 especies de condrictios, de las cuales 55 son tiburones, que viven o migran en distintas épocas del año; y muchas de ellas están en riesgo de extinción.
La reseña de estas áreas “sugiere primero llamar la atención de las autoridades”, afirma a la Agencia Sputnik el coordinador de conservación de rayas y tiburones de WCS Argentina, Juan Martín Cuevas, uno de los aportantes a la actualización del Atlas.
“Los condrictios son el grupo de vertebrados más amenazado de los océanos, con 34 por ciento de sus especies amenazadas de extinción, y después en escala planetaria solo pierden con los anfibios, que tienen 37, que es el grupo de vertebrados más amenazados de todo el planeta”, refiere el especialista.
La zona del Rincón, en la Patagonia Norte, se trata de una zona histórica de veda, de arrastre de fondo que sirve para proteger varias especies de condrictios, entre ellas dos de rayas, además de gatuzo y pez ángel.
Una de las actividades señaladas en esa área es la pesca, tanto artesanal como industrial, para lo cual WCS tiene en marcha desde 2010 un proyecto de concientización.
Se trata de “más de 100 pescadores nucleados y aliados bajo una misma bandera de protección que, en lugar de pescar y matar, pescan, marcan y devuelven los animales vivos, con más de 3.000 animales devueltos vivos en los últimos 15 años”.
En las Provincias de Buenos Aires y Río Negro, la normativa prohíbe el sacrificio, más no la pesca; en Chubut acaba de ser protegido el gatopardo, pero el resto de las especies se podrían sacrificar todavía, y en Santa Cruz, fuera de las áreas protegidas, también se permite su sacrificio.
CONSUMO Y EXPORTACIÓN
Según Cuevas, “Argentina pasó de ser un país tiburonero en la década de los 90 para pasar a ser un país rayero a partir de los 2000”, al punto que hoy es el principal país en cantidad de toneladas de rayas desembarcadas cada año, con Corea del Sur como principal destino.
“Se colapsó la pesquería en términos económicos, ya no rendía tanto porque había colapsado el recurso y, al mismo tiempo, también se dieron una serie de factores económicos como que entró la tintorera, o sea, el tiburón azul, a competir muy fuerte en el mercado mundial de cazón”, explica.
Lo que sí se come en Argentina es gatuzo, al punto que el 90 por ciento de la producción queda en el mercado local.
“Esto viene aumentando porque se ha puesto de moda cada vez más comer pescado, encima no sabemos comer pescado, entonces el problema del gatuzo es que como no tiene espina, se le ofrece a los niños y se le ofrece a los viejos, porque es un pescado fácil de comer”, analiza el especialista.
La región tiene a otro actor importante, Brasil, el principal consumidor importador de carne de tiburón del mundo.
“Brasil con el tiburón y Argentina siendo exportador de rayas, generamos un desastre importante. Y Uruguay también tiene un papel importante porque es un gran, lo que se llama “trader”, un gran comerciante. Vende, compra y vende, le compra el mercado asiático y le vende a Brasil la carne de tiburón”, explica Cuevas.
El consumo de Brasil se volvió exponencial desde que el Gobierno ha incluido al cazón dentro del programa social Hambre Cero, y se deriva a hospitales, geriátricos y escuelas, generando una debacle importante en el consumo de este animal.
“El cazón está volviendo a ser pescado de manera dirigida porque volvió el interés del mercado internacional, principalmente Australia, es el que nos compra todo nuestro cazón. Entonces el cazón, después de 30 años, se estaba empezando a recuperar y de vuelta le están dando palo y palo en términos de escala importante comercial”, afirma el especialista.
Otros actores importantes del mercado son Indonesia –para elaborar alimentos veterinarios-, Francia, Nueva Zelanda -como desembarcador de cazón- y Estados Unidos.
España y Hong Kong completan la lista como principales mercados mundiales de comercio de aletas, sobre todo, por la famosa sopa de aletas, el plato más caro del sudeste asiático. (Sputnik)
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
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