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¿Desastre o ruido?: posibles escenarios del impuesto de EU a remesas en Latinoamérica

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Lucía Barrios

Montevideo (Mesa Américas).- Fiel a su estilo disruptivo, el presidente de EU, Donald Trump, volvió a sacudir el tablero político al firmar a comienzos de julio un impuesto del 1 por ciento a las remesas, una medida que generó preocupación al ser visto como una amenaza directa al sustento de millones de familias latinoamericanas.

Pero en Guatemala, uno de los países latinoamericanos que recibe mayor cantidad de remesas, no hay alarma sobre las consecuencias de este impuesto: el presidente de la Junta Monetaria y del Banco de Guatemala, Álvaro González Ricci, aseguró a la Agencia Sputnik que el impacto macroeconómico “no será sustancial”.

Desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México (el país que recibe mayor cantidad de remesas en términos absolutos) coincidieron en que “el impacto será menor a lo estipulado en un primer momento, porque sólo es para transacciones en efectivo, que únicamente representan 1 por ciento del total de remesas”.

Frente a un escenario “incierto” en el que es muy difícil hacer pronósticos de lo que sucederá en el corto y mediano plazo, lo que debe reinar es la “cautela”, remarcaron las fuentes consultadas por esta agencia.

Sin embargo, tanto González Ricci como el director ejecutivo del Instituto Centroamericano De Estudios Fiscales, Ricardo Barrientos, concordaron en que el escenario más probable es que el impuesto de EU sea solo ruido para América Latina.

“Es muy poco probable que un impuesto de 1 por ciento pueda generar una distorsión macroeconómica catastrófica, incluso en Guatemala, porque si estoy en EU y deseo enviar a Guatemala 100 dólares para que mi madre compre sus medicamentos, lo que va a terminar pasando es que lleguen 99. Por tanto, el impacto es más bien marginal”, argumentó Barrientos, licenciado en matemática y certificado de tributación internacional de la Universidad de Harvard.

CIFRAS

El Senado de EU aprobó el 1 de julio el proyecto denominado “Una Gran y Hermosa Ley” (One Big Beautiful Bill), que incluye un impuesto del 1 por ciento sobre las remesas enviadas al extranjero.

La iniciativa, que inicialmente fue propuesta con una tasa del 5 por ciento y comenzará a aplicarse a partir del 1 de enero de 2026, establece que sólo se aplicará a remesas enviadas mediante efectivo, giros postales o cheques de caja.

Barrientos, exviceministro de transparencia y evaluación fiscal en el Ministerio de Finanzas Públicas de Guatemala (2009-2010), aseguró que por la estructura del impuesto, es “muy poco probable que pueda generar un desplazamiento o un sesgo violento en el flujo de remesas” de la región.

Sin embargo, indicó que el impacto del impuesto dependerá de la magnitud e importancia que representan las remesas para cada país latinoamericano.

“Por ejemplo, en términos absolutos, el país que más remesas recibe es México. Pero es muy importante analizar la situación en términos relativos, en proporción al tamaño de la economía, en este caso, el país de Latinoamérica que recibe el volumen más grande de remesas es Guatemala”, explicó.

Según Barrientos, las remesas familiares del exterior suman más del 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Guatemala.

“Por cada dólar que produce la economía guatemalteca, las remesas equivalen a casi 20 centavos, la quinta parte del tamaño de la economía guatemalteca”, explicó.

Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), publicado en noviembre pasado, América Latina y el Caribe recibió en 2024 un ingreso por concepto de remesas de 160.900 millones de dólares, lo que representó 7.700 millones de dólares más que en 2023 (un crecimiento del cinco por ciento).

El BID señaló que los recursos que envían los migrantes “son utilizados principalmente para complementar el consumo diario de las familias que los reciben” y “contribuyen de manera importante a reducir su pobreza”.

México concentró el 40,5 por ciento del total de remesas recibidas, seguido por Centroamérica, que en 2024 recibió el 28,4 por ciento, por Sudamérica, que captó el 19,7 por ciento de las remesas y, por último el Caribe, que recibió el 11,4 por ciento del total.

LA VISIÓN DE GUATEMALA

Por su parte, González Ricci indicó que el impacto del impuesto de 1 por ciento de las remesas familiares a nivel macroeconómico tiene “poco impacto” al mismo tiempo que aseveró que los cuerpos técnicos del Banco de Guatemala han estimado tres escenarios posibles.

El primero consiste en que los guatemaltecos absorban el monto del impuesto, lo que implicaría que no habría un impacto económico para el país, pero sí en el ingreso de los migrantes en EU.

“El segundo escenario, es que el impacto sea absorbido por los beneficiarios de las remesas, quienes usarían parte del dinero destinado al ahorro e inversión (principalmente vivienda), lo cual implicaría que mantendrían su consumo constante. En ese caso el impacto económico tampoco sería notable. Tomando en cuenta que las remesas familiares afectan el consumo privado, que es el principal componente del PIB, al mantenerse el consumo, la actividad económica no se ve afectada de manera considerable”, argumentó.

Por último, dijo que el tercer escenario es que los guatemaltecos radicados en EU y sus familias en Guatemala no puedan absorber el monto del impuesto.

“En este caso, las remesas familiares para 2026, serían menores en alrededor de 246,2 millones de dólares, lo que implicaría que en lugar de recibirse 24.618 millones en 2026, se recibirían 24.371 millones. Lo anterior representaría 0,19 por ciento del PIB nominal, lo cual no hace variar la tasa de crecimiento económico real estimada para 2026, que se mantendría en 3,9 por ciento”, indicó.

A pesar de que el impacto macroeconómico “no es sustancial”, los efectos a nivel de las familias que reciben remesas y de los guatemaltecos en EU, “sí es relevante, porque el ingreso disponible para ellos disminuye, lo que afecta sus bolsillos y su capacidad de consumo, es decir, una merma de su bienestar económico”, finalizó.

EFECTO PSICOLÓGICO

Por otro lado, Barrientos dijo que el impuesto debe ser analizado más allá de su estructura técnica, y estudiar además el “andamiaje de control y administración del gravamen”.

“Si ahora, para poder pagar el impuesto, las personas que están en situación migratoria irregular en EU tienen que registrarse, lo que podrían implicar el riesgo de detección por parte de las autoridades migratorias, en ese caso, más que el monto del impuesto, las formalidades asociadas al pago del mismo pueden tener un impacto mayor, lo cual es más difícil de ver”, agregó.

Sostuvo que en ese caso, podría haber una “reacción psicológica” por parte de los migrantes ante la posibilidad de ser deportados.

“Pero las personas que han migrado a EU de Guatemala o de Centroamérica no van por placer, van por una necesidad (…) Son sobrevivientes, lo que me hace pensar que buscarán la forma para superar ese desafío, por ejemplo, pidiendo a un amigo que lo haga por ellos”, aseveró.

El especialista indicó que los crecimientos en el volumen de remesas desde el inicio del segundo mandato de Trump, en enero pasado, son “muy altos, ya que han aumentado hasta 13 por ciento interanual. Por tanto, lo que puede ocasionar el impuesto es una desaceleración del crecimiento interanual de las remesas”, agregó.

EL ESCENARIO MENOS PROBABLE

Por otro lado, Barrientos indicó que el escenario menos probable es que EEUU realice una deportación masiva. En ese caso, las medidas de Trump en Guatemala y otros países podrían tener una “magnitud catastrófica”, ya que generaría un “trastorno grave” en el tipo de cambio y una merma en el consumo de los hogares.

“Guatemala sufriría una catástrofe y, por supuesto, una recesión en la que se contraería severamente el consumo interno, la pobreza se dispararía, la desigualdad. Ahora, ¿es realista pensar que Trump va a poder deportar 200 millones de latinoamericanos en un año? No. Primero porque la economía estadounidense los necesita. Los mismos senadores estadounidenses en la discusión del impuesto han empezado a plantear esta realidad”, concluyó. (Sputnik)

Fuente: https://noticiaslatam.lat/

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