
La supuesta justificación
Existe el túnel cuántico. Donde las personalidades dispersan en átomos. En un mundo donde la promiscuidad intelectual pasa a segundo término, las ideologías y los postulados quedan en el olvido.
Batallamos para entender la pluralidad de ideogramas. La ensoñación de la patria venidera, del vecino del norte, resulta la pesadilla de quienes deben permanecer en el ocaso. Escondidos de sus detractores. Atreverse a tomar partido dentro de la guerra civil allende la frontera del río Bravo concluye en redadas dolorosas y anquilosadas.
Cada una de las peroratas del 47 presidente resultan en ofensas catastróficas. La senilidad de una mente pasada por agua lastima los sentimientos de la nación adulterada. Trabajar honesta y a conciencia recorta los ahorros para los malos tiempos.
Enfermar o la herencia desquiciante de una posibilidad de padecer por genética el padecimiento catastrófico termina con los ahorros de toda una vida. Las deudas resultan transversales. Hacia arriba, los lados y para abajo.
Cumple con las obligaciones de solventar los gastos ahogan las economías domésticas de las familias. Enriquecer a costa del engaño o de la emancipación del estatus previo envalentona al grupúsculo de quienes han gozado toda la vida de privilegios.
A donde quiera la directriz conduce al fondo del océano de las calamidades. Hablemos en claro. Si Donald Trump Jr. Intenta romper la constitución y la reelección solo demostraría la podredumbre de todos aquellos evangélicos del cinturón de la pobreza racional.
En un sistema multicultural el cortinaje de posibilidades de progreso social inscribe el ensueño del siglo pasado. Ahora con las claves del invierno nuclear abastecen la popularidad de un tiburón blanco. Dispuesto a devorar la historia de gentileza y honor.
Nunca a las 34 denuncias punitivitas y condenas de malos hábitos. En esa esfera movemos el mundo moderno. Giramos dando vueltas y vueltas la loca historia de la vida.