En Santiago, la tecnología se ha convertido en una extensión clave del trabajo policial. Las 537 cámaras de videovigilancia que operan en el municipio, supervisadas por el Centro de Inteligencia para la Vigilancia (CIV), han demostrado su eficacia para fortalecer la seguridad pública y agilizar las investigaciones.
Gracias al monitoreo constante, la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad ha logrado en los últimos meses esclarecer diversos hechos delictivos y de auxilio ciudadano con una velocidad inédita. Entre los casos más recientes destacan la detención de un asaltante, la localización de un agresor de violencia familiar y la recuperación de pertenencias extraviadas en una plaza pública.
Uno de los episodios más ilustrativos ocurrió en junio, cuando las cámaras captaron a un hombre identificado como Juan “N”, de 25 años, mientras asaltaba a una mujer en el paso peatonal subterráneo de El Cercado. El seguimiento visual permitió rastrear sus movimientos desde que salió de su domicilio hasta su regreso, donde fue detenido con las pertenencias de la víctima y diversas sustancias con características de droga.
En ese mismo punto, el sistema también documentó un caso de violencia familiar. En las imágenes se observa a Juan Leonardo “N”, de 18 años, golpeando a su pareja adolescente embarazada y obligándola a subir a una motocicleta. Con el seguimiento en tiempo real, los policías lograron ubicar el domicilio de la pareja y detener al agresor mientras continuaba la agresión.
El CIV ha demostrado ser igualmente útil en situaciones cotidianas. En la Plaza 20 de Noviembre, en Los Cavazos, un ciudadano logró recuperar su mochila gracias a la intervención del sistema. Las cámaras permitieron identificar a una pareja que había tomado el objeto olvidado y, tras el rastreo correspondiente, los oficiales localizaron el domicilio donde se encontraban los documentos e identificaciones.
Casos como estos evidencian que la tecnología, combinada con la respuesta oportuna de la policía, está marcando una diferencia tangible en la seguridad del municipio. En Santiago, las cámaras no solo observan: también protegen, previenen y ayudan a que la justicia llegue más rápido.
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